Dos estudiantes brasileños integraron el equipo
Halibut, salmón del Atlántico, bacalao de profundidad, erizos y trucha de la laguna Parrillar son las especies con las que se trabaja en este centro, a través de diferentes proyectos.
En el kilómetro 24 de la ruta 9 Norte, funciona el Centro de Investigación en Acuicultura Laredo, de la Universidad de Magallanes, que desarrolla proyectos para mejorar la producción de especies con objetivos investigativos, comerciales y de recuperación. En esta labor, se han incorporado estudiantes de la carrera de Tecnología en Acuicultura y, desde julio, dos estudiantes brasileños, de la Universidade Estadual Paulista, Unesp, de Sao Paulo, realizaron trabajos prácticos.
Thais da Silva y Maicon da Rocha Brande estudian Ingeniería en Pesquería y permanecieron hasta la semana pasada en Punta Arenas, gracias a un convenio entre la Umag y la Unesp. “Estamos acompañando los proyectos de erizo, participando de la obtención del sistema de salmones, bacalao, truchas. En Brasil, vemos cultivo de telapia, pez tropical y, durante la etapa de pregrado, otras especies nativas de Brasil y llegamos acá para hacer esta comparación de especies”, expuso Thais da Silva, aún sorprendida con el erizo.
Su compañero a su vez, apoyó en “la medición de temperatura de estanques, alimentación, mantención de sistema, tanto de los salmones como de los erizos, todas las especies. Visualmente no las conocía, pero ha sido una experiencia trabajar con estas especies en Chile. La diferencia es mucha. En Brasil, los cultivos son en áreas abiertas, acá techadas; muy diferente el clima, en general, la temperatura de agua; y especies de diferentes comportamientos”.
Los proyectos
En estos poco más de tres meses que estuvieron en la región, estos estudiantes se sorprendieron con el halibut, el erizo, el salmo salar (salmón del Atlántico), el bacalao de profundidad y la trucha de la laguna Parrillar; todas especies que forman parte de los proyectos que desarrolla el centro, cuyo director, Pablo Gallardo, fue explicando en detalle.
En un sector se halla la producción de halibut, un enorme variación del lenguado y que es originario de Canadá. “Actualmente, estamos trabajando en un proyecto de exportación de ovas. La idea es, primero, enviar una muestra a una agencia canadiense que está interesada para ver cómo crecen los halibut nacidos en Punta Arenas se desarrollan en Canadá y, si resulta, generar exportaciones de estas ovas todos los años, porque nosotros producimos ovas en una estación diferente a la de ellos, que las tienen entre marzo y abril, por lo que les conviene tener en esta época, y así tener todo el año producción de carne de halibut para la venta”, explicó Gallardo.
En este centro, cuentan con unos 60 reproductores, entre machos y hembras, cuya etapa de desove se concentra entre agosto y septiembre. “Puede salir entre uno y dos litros de ova por hembra, por evento. Y cada litro son entre 35 mil y 40 mil ovas, entonces cada desove puede tener hasta 80 mil ovas. Y una hembra puede desovar hasta seis o siete veces este año, por lo que cada hembra podría dar 500 mil ovas”, indicó el director del centro, que posteriormente detalló las particularidades de esta especie: “Es de aguas frías y se adaptan muy bien a las temperaturas de Magallanes. Los primeros halibut los trajimos el año 1998. Logramos reproducir más peces y tenemos más planteles en otros estanques. Es un pez de carne blanca, alto en ácidos grasos polisaturados, muy saludable, de alto valor comercial, sobre los 10-12 dólares el kilo; su talla comercial es de aproximadamente entre los 3 y 5 kilos y el periodo de crecimiento va entre los 3 y 4 años, para obtener esa talla comercial. Esta especie puede llegar a crecer hasta pesar los 150-200 kilos y medir hasta tres metros. Los que hay ahora tienen entre 15-16 años, pero esta especie puede llegar a 50-60 años, son muy longevos”.
En busca de bacalaos
En otro sector, a diferencia del estanque de los halibut, una solitaria hembra de bacalao, de 24 kilos, nadaba a sus anchas. Quedó del proyecto anterior, a la espera de uno nuevo, que le permitirá tener pronto “compañía”.
“Como Umag, tuvimos un proyecto Fondef que duró cuatro años, entre 2010 y 2015, que nos permitió poder armar los sistemas de reproducción para el bacalao de profundidad, pero después estuvimos sin financiamiento y volvimos a trabajar en el tema del bacalao en conjunto con la Universidad Austral, ya que ellos tienen un programa de Corfo y la idea es volver a conformar un plantel de productores aquí, al igual que en Puerto Montt y Valdivia”, explicó Gallardo.
De acuerdo a la planificación, este proyecto permitirá financiar la búsqueda de nuevos ejemplares de bacalao de profundidad en la zona sur de la región, en las islas Diego Ramírez.
“Se capturan a 1.500 y 1.700 metros de profundidad, son peces de aguas muy profundas y muy longevos, pueden vivir muchos años y llegar a 300 kilos sin problema. La carne de bacalao es muy apetecida en el mundo, 40-50 dólares el kilo. La idea es partir ahora en la época de pesca, septiembre, octubre, noviembre, por lo que a fin de año podríamos tener bacalaos, para empezar el proceso de maduración, producción de ovas, desoves anuales”.
Al rescate de la trucha
A diferencia de los otros peces mencionados anteriormente, cuya producción es con fines comerciales, en otro sector se trabaja para recuperar la población de la trucha de arroyo de la laguna Parrillar, la salvelinus fontinalis.
“El proyecto está relacionado con la pesca recreativa. Lo que hicimos fue un catastro de la laguna y contabilizar a los ejemplares. Hace tres años fue esto y la pesca en la laguna está mucho mejor, aumentaron las tallas porque se tomaron medidas administrativas como cerrar la pesca durante dos años y con eso mejoró mucho el crecimiento de esta trucha. Entonces la idea es mantener una reserva genética de esta especie para hacer estudios relacionados con su crecimiento, nutrición”, indicó Pablo Gallardo sobre este pez, que se distingue por la franja blanca y negra que tiene en la aleta, típica de esta especie, que no tienen otras truchas salmonídeas, y que puede alcanzar a pesar unos tres kilos.
“Este proyecto estamos terminándolo, porque ya entregamos la información a la subsecretaría de Pesca, la población de truchas en la laguna subió mucho, porque disminuyó por la pesca excesiva y la idea es que ahora se mantenga la pesca con devolución, no pesca con sacrificio, por lo menos durante dos años. Antes se pensaba que la población no alcanzaba a recuperarse, por un tema de temperatura, porque las especies crecen por ese factor, pero no fue por eso. Se pensó igual que era por poco alimento, pequeños caracoles de agua dulce, crustáceos pequeños, insectos, pero tampoco, el factor principal, fue la pesca”, recalcó Gallardo.
Desarrollo del erizo
Junto con la Universidad Arturo Prat, la Umag y el Centro Investigación en Acuicultura, desde noviembre del año pasado se trabaja en la producción de semillas de erizo, especie también muy explotada en la región. Según mostró la bióloga marina Fernanda Ovando, “la idea es generar el ciclo completo de esta especie y producir semillas de hasta 10 milímetros. En este estanque se mantienen los reproductores, que tienen aproximadamente 7 milímetros de diámetro. El cultivo consta de una capa larval, que dura cerca de un mes, pero depende mucho de la temperatura del ambiente en que esté. En Magallanes el ciclo dura un mes y medio, la primera etapa del cultivo larval se alimentan con dos tipos de algas y luego cuando esta en estado premetamórfica, comienza otra etapa que es asentamiento y metamorfosis, ahí se dejan en otros estanques. En esa etapa se produce la metamorfosis y obtenemos una semilla juvenil”.
Salmo salar
Finalmente, en otro sector del centro, Pablo Gallardo exhibe el trabajo con la especie salmo salar o salmón del Atlántico. “Esto fue una prestación de servicio que hicimos para una empresa en Santiago, la idea es que se hizo un ensayo de dieta para salmones, porque hoy en día en los salmones se buscan nuevas dietas que sean más sustentables, entonces harinas de plantas terrestres para reemplazar la harina de pescado, lo que no le afecta a los peces. La comida se compone de diferentes harinas, se combinan y sale un pellet. Aquí se probó una dieta y ahora empezaremos un Fondo de Investigación de la Competitividad de Magallanes, referido a dietas para salmo salar, una investigación más profunda sobre reemplazo de dieta, porque esta prestación de servicio partió en febrero y terminó en mayo, pero seguirá por el Fic que nos ganamos”, indicó Gallardo sobre este salmón, el más producido en Chile.
Finalmente, el director del centro de cultivo adelantó otros proyectos que pretenden impulsar: “Producción de semillas de ostión del sur, caracol trophon, de centolla y centollón, esas cuatro especies. Ya hemos hecho proyectos anteriormente y la idea es generar uno a nivel regional, que convierta a este centro en un productor de semillas marinas, porque, aparte de la trucha de parrillar, el ostión del sur y caracol trophon también han bajado su producción”, finalizó Pablo Gallardo.
Fuente: http://laprensaaustral.cl/ciencia/recuperacion-de-especies-y-produccion-exportable-desarrolla-centro-de-investigacion-en-acuicultura-laredo/