Cada cierto periodo de tiempo la humanidad enfrenta al menos una crisis financiera y/o sanitaria, por lo que cada productor es el primer responsable de “hacer que las cosas sucedan en su operación” y no esperar a que el gobierno haga lo que corresponde.
Columna Sobre algunas precisiones y más
Por: Javier Gómez-Zúñiga*
El coronavirus SARS-CoV2 más conocido como COVID-19 es una variante desconocida en la patología humana. Se transmite de persona a persona por vía aérea a través de las gotas respiratorias (saliva, tos, mucus); de más de 5 micras, cuando el enfermo presenta sintomatología respiratoria (tos y estornudos); o por contacto directo con secreciones de personas infectadas a través de las manos, mejillas, labios, abrazos. El periodo de incubación puede variar entre 2 y 14 días. Por ello, la mejor medida de protección hasta ahora es el aislamiento social de las personas contagiadas y portadoras del virus, en adición a extremar la higiene personal. El coronavirus en animales de producción terrestres y/o acuáticos no infecta a los humanos (es específico de esas especies).
El suministro de alimentos es una actividad esencial y crítica que debe garantizarse, especialmente en un estado de emergencia sanitaria, para así poder ofrecer a la población un servicio básico y fundamental, igualmente para transmitir
tranquilidad a la sociedad al disponer de acceso a fuentes seguras y suficientes de alimentos sanos y nutritivos. En consecuencia, se debe garantizar el funcionamiento y operatividad de la cadena productiva y la red de suministro de alimentos.
El principal objetivo será por lo tanto garantizar la salud de las personas para que todos los eslabones de la cadena de valor
puedan continuar desempeñando su actividad. Por ello, es responsabilidad del Sistema Producto Tilapia y de cada una de las personas que integran y participan en cada UPA, Laboratorios, Comités de Sanidad Acuícolas Estatales, Asociaciones y Cooperativas, Universidades y Centros de Investigación, además de la SENASICA; asegurar el suministro de alevines, la producción, el transporte y el arribo a los centros de comercialización minimizando los riesgos y evitando los contagios por coronavirus.
Cada cierto periodo de tiempo la humanidad enfrenta al menos una crisis financiera y/o sanitaria, por lo que cada productor es el primer responsable de “hacer que las cosas sucedan en su operación” y no esperar a que el gobierno (por lo general a destiempo en las pocas veces que lo hace); haga lo que corresponde; si posterior a una crisis ellos ofrecen apoyos, préstamos blandos, bancos genéticos, estímulos fiscales, entre otras medidas: ¡bienvenidos sean! Pero primero lo primero, y eso le toca siempre realizar a cada productor – emprendedor.
Sin duda alguna ante la contingencia que estamos viviendo habrá un impacto económico negativo en los insumos alimenticios, de equipos, crías, y más aspectos esenciales, todos necesarios para mantener la producción óptima en granja, es por ello impostergable que cada productor priorice sus necesidades de rentabilidad y productivas para mantener un punto de equilibrio en su explotación acuícola. Cada UPA tiene sus propias necesidades y etapas financiera y operativa, por esta
razón no existen “recetas de cocina” para replicar igual una tras otra; cada UPA merece su propio análisis situacional y programa de medidas a implementar.
Asegurar la operación rentable e inocua en la granja acuícola
Todos los involucrados en la cadena de valor debemos actuar en corresponsabilidad. Cada eslabón debe asumir el compromiso de evitar la propagación del virus COVID-19.
Los individuos involucrados directamente en la producción tenemos una especial responsabilidad para ofrecer alimentos seguros, en calidad y cantidad suficiente a la población. Los responsables de cada UPA deben identificar a las personas clave e infraestructuras críticas para mantener la actividad de las granjas, estar provistos de planes de contingencia ante posibles bajas del personal por contagio con el virus, incremento del ausentismo o rotación por cuarentenas forzadas, así como suficientes suministros de insumos, recambios y servicios de apoyo de los proveedores esenciales para el funcionamiento normal de las unidades productivas.
Se requiere una especial protección y exigencia para no mantener contactos con terceras personas, sólo limitarse a los imprescindibles, desarrollar un autoaislamiento fuera del lugar del trabajo, el desplazamiento desde el hogar al trabajo se debe desarrollar de forma segura y libre de contactos, y hay que asegurarse de que se está libre de cualquier síntoma antes de ingresar a las instalaciones.
Recomendaciones para el control de acceso en unidades
productivas
Comprobación de ausencia de sintomatología: no fiebre, no tos,
ningún problema respiratorio y cero contactos previos de primer grado. Control de temperatura previo a la entrada en la instalación, debe ser menor de 37ºC.
En caso de presentar síntomas abstenerse de venir a trabajar, informar a la empresa y auto aislarse en su domicilio durante dos semanas o hasta su completa recuperación.
Nuevas incorporaciones: comprobar procedencia de trabajadores y en caso de origen dudoso por contacto con la enfermedad aplazar su incorporación al trabajo.
Control de acceso de personal externo: evitar en lo posible el ingreso a toda persona ajena la granja. Casos excepcionales, se le aplicarán los mismos protocolos y controles del personal interno y se limitará a lo imprescindible para mantenimiento de la actividad. Los movimientos dentro de la explotación del personal externo deberán estar limitados sólo a las áreas donde se requiera su presencia. Además se deben promover y practicar entre todos los trabajadores esenciales de las unidades de producción altas medidas de higiene personal de acuerdo a las recomendaciones de las autoridades pertinentes nacionales e internacionales
Recomendaciones para la limpieza y desinfección de instalaciones productivas
Deben reforzarse los controles y medidas de organización de la limpieza y desinfección del lugar y equipos de trabajo. Se recomienda incrementar la frecuencia de desinfección en los espacios comunes como recepción, salas de reuniones, escritorios, mostradores, chapas de las puertas, mobiliario, pisos, teléfonos, teclados, computadoras, utensilios laboratorio, etc
Con los desinfectantes de uso regular a doble dosis o de preferencia, rotar a un nuevo ingrediente químico con más poder durante el pico de la infección. Se recomienda adquirir soluciones hidroalcohólica desinfectante y repartirlas en los centros de trabajo para ubicar en los puestos de mayor tráfico de personal, para uso general de trabajadores.
A la dirección y/o gerencia de cada unidad productiva le corresponde la gestión de cualquier incidencia que ocurra en las instalaciones con relación a posibles contagios, provisión de materiales de prevención y seguimiento de las prácticas de desinfección y limpieza, entre otros.
Rentabilidad en las unidades de producción acuícola
El objetivo de todo acuicultor es el de obtener buenos ingresos en su explotación. Para ello su negocio debe ser rentable para costear totalmente los gastos de la operación, amortizar inversiones y obtener una ganancia. La rentabilidad está determinada por factores externos -los cuales no pueden ser controlados directamente- tales como: alzas en precios de alimentos balanceados y otros insumos, o baja en los precios de venta.
Los factores internos con una buena administración pueden y deben reducir los riesgos de desviación al presupuesto de gastos; así, la operación puede ser rentable mediante una buena planificación del estado de resultados, organización, control y dirección de los procesos productivos. Estos procesos a su vez pueden ser técnicos como la taza de conversión alimenticia, mortalidades, tensión o estrés productivo, entre otros; o financieros, como gastos extras o malas inversiones que afecten el flujo de caja.
Por otra parte, el programa de manejo implementado en la granja (súper intensivo o intensivo) debe ser seleccionado cuidadosamente con los mejores criterios y técnicas modernas, para que la línea genética especializada pueda expresar todo su potencial productivo en un ambiente controlado técnica y operativamente.
*Sobre el autor:
Javier Gómez-Zúñiga, MVZ. MBA.
Asesor Independiente
Desarrollo de Negocios en Salud –
Nutricion Animal y Acuicultura.
Email: jgz61@hotmail.com