Chile está en los ojos del mundo como productor acuícola y tiene un gran futuro, pero debe mejorar su producción y prestar atención al cambio climático, afirmó la científica chilena Doris Soto.
Escrito por: Cristóbal Chávez Bravo / XINHUA Español
La investigadora principal del Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola detalló en una entrevista con Xinhua que la producción acuícola chilena se centra en dos productos: el salmón y los mejillones o “choros”, como se conocen en Chile, un molusco bivalvo de concha negra.
La experta comentó que el país sudamericano puede convertirse en una potencia acuícola, pero necesita “cambios relevantes” en la manera que produce, relacionados con la sustentabilidad y la intensificación del cultivo.
“Con esos dos productos estamos dentro de los 10 primeros productores acuícolas en el mundo. Chile es el cuarto productor a nivel mundial de peces marinos, y es el segundo exportador de mejillones, pero hasta ahora se ha explorado la acuicultura solamente en el sur de Chile”, señaló.
Soto participó en el panel “Chile en los ojos del mundo”, del décimo Congreso Futuro 2021, uno de los principales foros de divulgación científica y tecnológica de América Latina, que comenzó el 18 y concluirá el 21 de enero.
La experta dijo que Chile “tiene muchas ventajas” para potenciar su acuicultura, pero “para un futuro incierto, para mejorar la calidad de alimentos de la población, incluso para los chilenos, es fundamental que podamos expandir la acuicultura y que lo hagamos de una manera sustentable”.
“Un grupo grande de investigadores queremos empujar esto hacia una visión más ecosistémica, porque no sabemos qué le está pasando a los ecosistemas, no sabemos si los ecosistemas tienen capacidad de carga para la producción que hay hoy día, y eso nos preocupa”, indicó.
Entre los mecanismos que se podrían utilizar en el país sudamericano, destacó las plataformas de acuicultura semisumergible que aprovechan la energía de las olas del mar, que se están utilizando en China.
La experta comentó que cuando trabajó en la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, en Roma, hicieron uno de los primeros estudios de cambio climático a nivel global y, tras volver a Chile, comenzó a realizar un análisis de vulnerabilidad de la salmonicultura en el cambio climático en el país.
“Los análisis de vulnerabilidad permiten conectar la parte productiva, los elementos biofísicos, con la parte social, económica y de gobernanza. Es decir, por ejemplo, cuando ha habido grandes mareas rojas se produce una catástrofe: la mortalidad de muchas toneladas y hay un problema de empleo, y de contaminación”, explicó.
En el análisis realizaron una predicción que sugiere una reducción de las precipitaciones en la parte norte de la Patagonia, en la zona austral chilena, área por excelencia de producción acuícola.
“No puedo como sector productivo evitar el calentamiento, o no puedo evitar que no llueva más. Pero sí, desde la perspectiva de la gestión, podemos mejorar la gestión productiva de tal manera que sea más resiliente a esos ‘shocks’ externos”, indicó.
La bióloga consideró que Chile “tiene un tremendo potencial”, pero exhortó a producir alimentos de una manera que respete “más los procesos del ecosistema, los mecanismos de resiliencia de los ecosistemas”.
“Yo creo que eso es posible, pero requiere una gobernanza distinta y requiere cambios de actitud del ser humano y de los productores de todo tamaño”, dijo.
La doctora en Ecología por el programa conjunto de la Universidad Estatal de San Diego y la Universidad de California-Davis espera que el país también potencie otras especies marinas.
“Hay varias iniciativas importantes de investigación que están explorando la posibilidad de producir en forma más comercial y a mayor intensidad varias especies nativas, como el congrio, la corvina, la seriola (todos peces)”.
“Hay algunas experiencias muy bonitas para repoblamiento, que puede ser una manera muy sustentable de producir alimentos del mar. Pero todavía estamos un poco lejos porque hay que cambiar nuestras actitudes, tiene que haber áreas de manejo, más colaboración, más sentimiento de que estamos trabajando por un bien común, no individual, y todo eso toma tiempo”, dijo la científica chilena.
Soto lamentó que Chile esté produciendo alimentos para el mundo, pero la industria acuícola “no contribuye mucho a la alimentación chilena, y ese es otro tema que nos gustaría a nosotros que cambiara”.
“Eso probablemente puede ocurrir con una diversificación de la acuicultura a través de un mejor uso de los espacios, de estos sistemas multitróficos (que reciclan los desechos de una especie para convertirlos en aportes) que son muy populares en Chile”, agregó.
Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2021 01/21/c_139684970.htm