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La brecha entre la proyección del consumo de mariscos de las naciones del CIEM y la producción de la acuicultura

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Por: Halley E. Froehlich, Jessica Couture, Lynne Falconer, Gesche Krause, James A. Morris, Montse Perez, Grant D. Stentiford, Harri Vehvila¨inen y  Benjamin S. Halpern *

Este análisis desarrollado por investigadores de la Universidad de California, la Universidad de Stirling, la NOAA y agencias e institutos colaboradores de Alemania, España, Reino Unido, Finlandia y Estados Unidos refleja el futuro de los productos del mar para las naciones y el sistema alimentario del CIEM la rendición de cuentas en un mercado global, incluidas las estrategias de adaptación en un clima cambiante, basadas en el análisis comparativo de las tendencias generales de la captura silvestre de la pesca frente a la producción acuícola durante las últimas cinco décadas.

Gran parte de los 20 países miembros del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM) han sido líderes mundiales en la protección y la gestión de la pesca salvaje, pero hasta la fecha, hemos descubierto que la mayoría de los países del CIEM carecen de estrategias a largo plazo para el crecimiento de la acuicultura, con una brecha cada vez mayor entre la producción nacional futura y el consumo, lo que daría lugar a un déficit potencial de 7 millones de toneladas de alimentos marinos nacionales para 2050, que se complementaría con las importaciones de otros países.

Nuestras conclusiones ponen de manifiesto la necesidad de dar prioridad a la política acuícola para establecer objetivos de producción nacional más ambiciosos y/o mejorar el abastecimiento sostenible de alimentos marinos procedentes de otras partes del mundo, con un reconocimiento explícito y una planificación estratégica sobre el cambio climático que influya en tales decisiones.

A medida que la población humana ha ido creciendo, los cambios en la disponibilidad y el acceso a los productos del mar han influido en la contribución de las naciones del CIEM a la producción y el consumo mundial de productos del mar. En primer lugar, la mejora de la gestión pesquera ha recuperado muchas poblaciones, pero a nivel mundial las capturas se han estancado en ausencia de la adopción de una reforma global, especialmente en las naciones costeras en desarrollo más dependientes del marisco, para la seguridad alimentaria y el sustento.

La demanda total de productos del mar sigue aumentando en los países del CIEM y en todo el mundo, así como los problemas de seguridad alimentaria que conlleva.

En consecuencia, un factor importante que ha contribuido al cambio en la producción de alimentos de origen marino ha sido el de los países centrados en el desarrollo de la pesca y la acuicultura. Es importante destacar que el crecimiento de la producción acuícola se produjo en paralelo con el comercio mundial, llevando los productos marinos silvestres y de cultivo a todo el mundo. Como resultado, los países del CIEM representan ahora una proporción mucho menor de los consumidores y productores mundiales. Sin embargo, la demanda total de productos del mar sigue aumentando en los países del CIEM y en todo el mundo, así como los problemas de seguridad alimentaria que conlleva.

Queda sin respuesta la pregunta fundamental de cómo las naciones del CIEM seguirán desarrollando industrias acuícolas sostenibles para ayudar a satisfacer sus propias necesidades de alimentos marinos previstos y contribuir al mercado mundial; una pregunta que probablemente será aún más relevante con el aumento de la incertidumbre y la seguridad de los recursos oceánicos ante el cambio climático.

En el caso de la acuicultura, la producción marina se enfrenta a presiones de temperatura y acidificación similares a las de sus congéneres salvajes, mientras que la producción continental está luchando contra las inundaciones y el aumento del nivel del mar, al tiempo que compromete la salud y la infraestructura de los sistemas de cultivo. Aunque se reconoce que las amenazas del cambio climático para los sistemas acuáticos probablemente aumentarán, la planificación estratégica de adaptación a largo plazo, especialmente para la acuicultura, todavía parece incipiente.

Dada la historia y la relevancia de los productos del mar para los países del CIEM, nos preguntamos qué papel puede desempeñar la acuicultura sostenible en estos países en el futuro, lo que incluye la consideración del comercio y el cambio climático. A partir de las fuentes de datos cuantitativos y cualitativos existentes, exploramos las tendencias relativas y las estrategias de futuro para la acuicultura entre las respectivas naciones que fueron, y siguen siendo, líderes en ciencia y gestión pesquera. 

Métodos utilizados para el análisis

Utilizamos datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) (producción y suministro de alimentos) para comparar las tendencias generales de la producción y la variación de la captura silvestre y la acuicultura (de agua dulce y marina, excluyendo las plantas acuáticas) de las 20 naciones del CIEM en las últimas cinco décadas. En primer lugar, evaluamos cómo ha cambiado el porcentaje de contribución del consumo y la producción totales del CIEM (en toneladas) de captura más acuicultura a lo largo del tiempo en relación con las tendencias mundiales.

Al encontrar tendencias decrecientes, que sugieren un menor papel en el conjunto de los alimentos marinos mundiales, evaluamos a continuación qué países del CIEM contribuyeron a la producción pasada y más reciente de alimentos marinos silvestres y de cultivo acuícola, y la uniformidad de ese tonelaje por país comparando el coeficiente de variación (C.V.) de la producción entre países. Por último, comparamos la variación porcentual anual de la producción de la captura y de la acuicultura y la probabilidad de que se produzcan más aumentos en lugar de descensos a lo largo del tiempo en los respectivos sistemas.

Para evaluar los futuros objetivos de la acuicultura, recopilamos información (gubernamental y de la industria) sobre los objetivos de crecimiento propuestos para los países miembros del CIEM desde 2013. Tanto de los especialistas como de buscadores de Internet, incorporamos los valores informados por la industria para las naciones en las que no pudimos encontrar objetivos gubernamentales explícitos (Islandia) o que fueron citados por el gobierno. También anotamos si las referencias asociadas mencionaban el “cambio climático”, que utilizamos como indicador básico de reconocimiento y posible consideración para el crecimiento de la acuicultura. 

“Aunque se reconoce que las amenazas del cambio climático para los sistemas acuáticos probablemente aumentarán, la planificación estratégica de adaptación a largo plazo, especialmente para la acuicultura, todavía parece incipiente.”

Para comprobar la viabilidad y la trayectoria de la producción y el consumo de productos del mar del CIEM, combinamos y ajustamos modelos a los datos de acuicultura pasados y futuros de la FAO (producción y consumo) y a los valores futuros extraídos. A continuación, comparamos los objetivos de producción futuros con la tendencia potencial del consumo total -suponiendo un aumento lineal estadísticamente significativo del consumo total hasta 2050- para calcular el déficit de producción de productos del mar. Nos centramos en el “déficit doméstico” porque el marisco importado de otros países (externos al CIEM) tiene diferentes implicaciones medioambientales y políticas.

Además de evaluar el “déficit doméstico”, recopilamos los datos de los principales socios del CIEM en materia de importación y comercio de alimentos marinos (en dólares estadounidenses) y la producción de la acuicultura y la pesca silvestre para comparar cualitativamente la dependencia de otros países potencialmente menos regulados en materia de alimentos marinos.

Tendencias pasadas de la pesca y la producción

El total de la acuicultura entre los países del CIEM se ve empequeñecido por el volumen de la producción pesquera de captura salvaje. En 2015, ocho naciones (Canadá, Dinamarca, Islandia, Noruega, Rusia, España, Reino Unido y Estados Unidos) representaban casi la totalidad (87%) del total de la captura silvestre del CIEM y estos mismos países aportaron la gran mayoría de la producción acuícola (88%) entre los 20 países aportaron una gran mayoría de la producción acuícola. Sin embargo, la contribución del tonelaje de la captura salvaje está mucho más repartida.

Países del CIEM (a) con la producción total combinada (millones de toneladas) a lo largo del tiempo (panel recuadro) y (b) las capturas nacionales individuales correspondientes de acuicultura (naranja) y pesca (azul) de agua dulce y marina (excluidas las algas marinas) serie temporal de tonelaje (1960-2015) (FAO, 2013, 2018a).

Al evaluar las tendencias históricas y actuales de la producción de productos del mar capturados en el medio natural y cultivados, vemos que la producción de la pesca de captura ha variado poco a lo largo del tiempo y que, en promedio, las capturas anuales en un determinado país del CIEM tienen una probabilidad ligeramente mayor de disminuir con respecto al año anterior desde la década de 1990. En consonancia con las tendencias mundiales, la pesca de captura actual en los países del CIEM parece relativamente estable o en declive, mientras que la acuicultura ha aumentado de forma constante.

Objetivos de crecimiento de la acuicultura

Desde 2013, todos los países del CIEM cuentan con informes o iniciativas patrocinadas por el gobierno y/o lideradas por la industria, que declaran intereses u objetivos de crecimiento potencial para la acuicultura (de agua dulce y marina) dentro de sus propios límites territoriales. Sólo tres países (Canadá, España y Noruega) han esbozado una planificación más estratégica hasta 2030-2050.

Casi todos los objetivos documentados eran para duplicar la producción o menos, y sólo cuatro países establecieron objetivos de crecimiento de la producción más ambiciosos en el futuro: Portugal, Bélgica, España y Noruega. El objetivo de Noruega representa el aumento más sustancial propuesto en la producción absoluta, mientras que los objetivos de Portugal, Bélgica y España representan aumentos más modestos de 25,000 toneladas, 820 toneladas y 447,000 toneladas, respectivamente.

 (a) Tendencias pasadas y futuras de la acuicultura ICES (negro) y captura silvestre (gris). Los objetivos del CIEM se muestran en rojo y las estimaciones de la FAO se muestran en naranja, con el modelo exponencial ajustado con intervalos de confianza del 95%. Los niveles de consumo total actual (2013) y futuro (2050) se representan como líneas continuas y discontinuas azules horizontales, respectivamente. La acuicultura china se muestra como la pequeña línea rosa punteada como referencia de la escala de producción. (b) Captura total CIEM (azul claro), acuicultura CIEM excluida Noruega (verde) y acuicultura noruega (acuicultura). (c) Déficit nacional de productos del mar en millones de toneladas a lo largo del tiempo (años no consecutivos) calculado por el consumo menos la producción combinada (pesca y acuicultura) sobre la base de los objetivos informados; los valores positivos de color azul claro no muestran déficit (es decir, superávit) y los valores negativos de color naranja indican déficit para 2050.

Además de los objetivos generales de producción, encontramos una tendencia a centrarse en la expansión marina en comparación con la de agua dulce. Esto no es necesariamente sorprende, dado que la producción marina actual es aproximadamente cuatro veces mayor que la de la acuicultura de agua dulce en los países del CIEM. Algunos países incluso especificaron las especies o el modo de producción que estaban interesados en ampliar. Cabe destacar que casi todos los países del CIEM mencionaron la planificación espacial o la zonificación como parte de la estrategia específica de crecimiento.

Si se observan los objetivos de los miembros del CIEM, lo que resulta es una pauta clara de que la mayoría de los países han establecido objetivos comparativamente conservadores (magnitud mediana ¼ 2) para aumentar la producción acuícola, aunque el interés por algún nivel de crecimiento parece generalizado.

Prestar atención a la diferencia de producción nacional

Aplicando las trayectorias de crecimiento de la acuicultura de cada país hasta el año 2050 y modelando el crecimiento potencial a lo largo del tiempo, descubrimos que los objetivos de los países del CIEM parecen factibles teniendo en cuenta las tendencias de producción de la acuicultura en el pasado.

Sin embargo, aunque las trayectorias parezcan alcanzables basándose en el crecimiento anterior del sector, existen posibles limitaciones y cuellos de botella para el desarrollo de la acuicultura, como la falta de lugares disponibles, la pérdida de producción por enfermedades, las normativas muy restrictivas y la escasa percepción pública y la licencia social, entre otros factores. No obstante, suponiendo que se aborden estos retos y que se cumplan los objetivos de producción acuícola de cada país, los objetivos de los países del CIEM podrían reflejar el potencial de producción en el futuro, con Noruega impulsando el crecimiento en 2050.

También descubrimos que los países del CIEM tienen un creciente déficit de producción nacional de marisco por consumir más producto del que producen, lo que significa una creciente dependencia de las importaciones que pueden ser menos sostenibles.

Si asumimos una relación lineal del consumo total de productos del mar a lo largo del tiempo, esperaríamos ver un aumento medio del 57% en la cantidad total consumida para 2050.

Teniendo en cuenta el aumento continuado del consumo del CIEM y los objetivos de producción de las naciones asociadas, proyectamos un déficit de alimentos marinos de 7 millones de toneladas para 2050. Aunque el déficit de producción de productos del mar del CIEM no es una certeza, este análisis demuestra que es más probable con las tendencias actuales de producción y consumo y que presenta un riesgo mayor de abastecimiento de alimentos menos sostenibles en el futuro.

Conclusiones y recomendaciones

Mientras que se han hecho grandes progresos para apoyar las mejores prácticas pesqueras, en la mayoría de los países del CIEM se ha hecho un esfuerzo mucho menor para introducir las prácticas acuícolas de forma similar, pero más anticipada. Resulta interesante comprobar que, incluso con el aparente reconocimiento por parte de todos los países del CIEM actuales de que la acuicultura desempeñará un papel cada vez más importante en la producción futura de alimentos marinos, la mayoría de la planificación parece muy a corto plazo y conservadora.

El desarrollo de estrategias de acuicultura a largo plazo no se limita a la producción absoluta y debe incluir también medidas para avanzar en la mejora de la cría, la tecnología y la participación en el cambiante mercado de los productos del mar, idealmente con la sostenibilidad a la cabeza de estos componentes. 

Aunque los objetivos avanzados a 2050 por las naciones del CIEM pueden ser factibles a medida que se abordan los crecientes desafíos, el crecimiento depende predominantemente de un país, Noruega. Incluso si los objetivos se cumplen, no se concilian los déficits en la producción de mariscos, lo que requiere el aumento de las importaciones de estos productos, a menudo de lugares con muchas menos normas y regulaciones para la cosecha o la producción sostenible. Además, la falta de consideración de la acuicultura crea una importante laguna en la planificación adaptativa del impacto del cambio climático en los sectores de los productos del mar a nivel nacional y de los países exportadores.

Se necesitan políticas específicas que apoyen, y no sólo regulen, la acuicultura nacional si los países del CIEM desean abordar el sesgado panorama de la producción. Una legislación nacional específica para la acuicultura, que defina claramente los requisitos y objetivos, es importante, pero no es una garantía, especialmente en el caso de la acuicultura marina. Es importante que la legislación vaya más allá de unas normas reguladoras sólidas, que sí existen en muchos de estos países, para incluir un apoyo explícito, lo que es discutible en el caso de la pesca de captura salvaje. 

“En consonancia con las tendencias mundiales, la pesca de captura actual en los países del CIEM parece relativamente estable o en declive, mientras que la acuicultura ha aumentado de forma constante.”

El comercio está entrelazado con la gestión nacional de los productos del mar, especialmente si los países del CIEM pretenden abordar el desplazamiento de las cargas sociales y ecológicas vinculadas a los productos del mar importados. Encontramos la posibilidad de un déficit de producción nacional de mariscos más probable ahora y cada vez más en el futuro, lo que aumenta la posibilidad de importaciones de mariscos más baratos de países menos regulados en ausencia de leyes interregionales.

Esta perspectiva de “todo el sistema” (es decir, más allá de los impactos locales o domésticos) se aplica a casi todos los productos básicos en esta era globalizada, pero el marisco en particular es uno de los productos básicos más comercializados en el planeta y la producción está fuertemente sesgada a nivel mundial (alrededor del 90% de la producción en el sudeste asiático). La responsabilidad de los impactos de nuestros alimentos más allá de las fronteras locales y nacionales es legalmente difícil, pero moralmente merece atención.

Los países del CIEM no sólo necesitan políticas estratégicas de acuicultura a nivel nacional e internacional, sino que estos esfuerzos deben realizarse en el contexto de unas condiciones medioambientales cambiantes.

El desarrollo de estrategias de acuicultura a largo plazo no se limita a la producción absoluta y debe incluir también medidas para avanzar en la mejora de la cría, la tecnología y la participación en el cambiante mercado de los productos del mar, idealmente con la sostenibilidad a la cabeza de estos componentes. 

El cambio climático ya está afectando a la pesca y la acuicultura, incluyendo a los miembros del CIEM, y se prevé que las condiciones se vuelvan más difíciles en las próximas décadas, especialmente en ausencia de medidas activas de mitigación y adaptación.

En general, los gobiernos del CIEM necesitan planes más deliberados y estratégicos sobre la medida en que desean aumentar la producción acuícola en sus propias aguas frente a la importación de especies de cría y captura de las aguas de otros países, y sobre cómo estas decisiones pueden  comportarse bajo un clima cambiante.

Aunque la solución de “producir más” a nivel nacional pueda parecer sencilla, en realidad se trata de un gran reto que surge de unos valores socioeconómicos y culturales muy complejos en torno a los productos del mar, junto con el crecimiento de la población y la demanda de productos del mar, y el cambio climático que amenaza tanto a los sectores de la pesca y la acuicultura como a las personas que dependen de ellos.

* Esta es una versión resumida desarrollada por el equipo editorial de Panorama Acuícola Magazine del artículo original “Mind the gap between ICES nations’ future seafood consumption and aquaculture production” una contribución a la sección temática “Acuicultura marina en el Antropoceno” desarrollada por Halley E . Froehlich, Jessica Couture, Lynne Falconer, Gesche Krause, James A. Morris, Montse Perez, Grant D. Stentiford, Harri Vehvila¨inen y Benjamin S. Halpern que se publicó originalmente en el ICES Journal of Marine Science (2021), 78 (1), 468–477.  La versión completa se puede encontrar en línea a través de: doi: 10.1093 / icesjms / fsaa066

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