Un equipo de investigadores de las universidades españolas de Huelva, Murcia y Sevilla diseñaron un fármaco con biomoléculas del sistema inmune de peces y de piel de rana para combatir las enfermedades más habituales de la acuicultura. El nuevo tratamiento se presenta como una alternativa más eficaz y económica a los antibióticos que se utilizan normalmente, y es eficaz ante una amplia diversidad de virus y bacterias con incidencia en las especies más cultivadas.
El nuevo fármaco, informa una noticia de la Agencia Iberoamericana para la Difusión de la Ciencia y la Tecnología (AIDCT), posee además propiedades antifúngicas, es decir que evita la presencia de hongos. Una vez encapsulada, la medicación podrá suministrase por vía oral con el alimento de los peces, en lugar de diseminarse en el agua, lo que disminuirá su incidencia en el entorno que habitan las especies acuícolas.
Los antibióticos habituales presentan limitaciones como la resistencia que desarrollan las bacterias a ellos y no son eficaces ante los virus. Las infecciones causan altas tasas de mortalidad, especialmente entre los ejemplares de peces más jóvenes, que son los más susceptibles a las infecciones al poseer un sistema inmune más inmaduro. “La alternativa que proponemos intenta paliar estos problemas y ya se está ensayando en especímenes jóvenes de especies como la lubina”, explica a la Fundación Descubre la investigadora de la Universidad de Huelva, Rosa León.
“En el estudio ‘Influence of adding terminal tags on the structural and antimicrobial properties of the peptide caerin 1.1’ publicado en la revista Aquaculture, los científicos explican que modificaron los péptidos Caerina 1.1 y NK-Lisina presentes en la piel de las ranas y en el propio sistema inmunitario de los peces respectivamente.“
Estas moléculas contienen aminoácidos que se agrupan formando una cadena en forma de hélice. “Tienen una función de vital importancia en el sistema inmune innato de muchos seres vivos, incluidos los humanos, puesto que reaccionan a los agentes patógenos y defienden el organismo de los mismos”, comenta León.
Moléculas más eficaces
En su propuesta, los científicos modificaron la cadena de los péptidos añadiendo nuevos eslabones al final de la misma. De este modo, lograron que las moléculas fueran más eficaces ante las enfermedades virales y bacterianas. Por ejemplo, la propuesta de este equipo de investigación es eficaz ante patógenos como la bacteria Photobacterium damselae, causante de la fotobacteriosis o el virus de la necrosis nerviosa viral, que afecta al sistema nervioso de los peces.
Para comprobar la eficacia de los péptidos como alternativa a los antibióticos, los investigadores realizaron el estudio ‘in vitro’. Introdujeron estas moléculas modificadas dentro de placas en el laboratorio donde las enfrentaron a agentes patógenos habituales en la acuicultura y comprobaron que eran eficaces ante quince tipos de bacterias y cuatro virus.
Después, el Departamento de Biología Celular e Histología de la Universidad de Murcia realizó un estudio in vivo e inocularon los péptidos a ejemplares vivos de lubina y observaron cómo respondían a los distintos agentes patógenos. De este modo, confirmaron su eficacia.
“La acuicultura produce el 53% del pescado que se consume en el mundo, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO).“
Sin embargo, esta práctica se enfrenta a retos como la presencia de enfermedades en los tanques, así como la resistencia a los antibióticos que los patógenos desarrollan ante su uso masivo. Esto se produce porque las bacterias van adaptando su metabolismo hasta que los medicamentos dejan de hacerles efecto.
El siguiente reto al que se enfrentan los investigadores, señala la AIDCT, es el de estabilizar los péptidos, es decir, encontrar la forma de que tarden más en degradarse dentro del organismo una vez consumidos para prolongar la duración de sus efectos.

Nanopartículas y microalgas para encapsular los fármacos
Además, los investigadores de la Unidad de Mejora Genética de Organismos Fotosintéticos del Centro de Investigación en Recursos Naturales, Salud y Medioambiente (RENSMA) de la Universidad de Huelva, están diseñando por su parte distintos medios como nanopartículas o microalgas para encapsular estos fármacos.
De ese modo, podrán concentrarlos y suministrarlos por vía oral a los peces, sin necesidad de diseminar un fármaco en el entorno en el que habitan. “Se trata de un método más económico, más eficiente y que afecta menos al medio ambiente”, añadió Rosa León.