El Krill cuenta con una mezcla diversa de aminoácidos esenciales, lípidos, importantes atrayentes alimenticios y compuestos bioquímicos, como la quitina y la astaxantina. Como componente alimenticio, la harina de Krill aumenta el crecimiento, la robustez y la salud de los animales acuáticos y terrestres por igual; ofreciendo un salvavidas a las preocupaciones de sostenibilidad y rentabilidad del sector de alimentos acuícolas.
La dieta destinada a las especies en acuicultura debe contener todos los nutrientes esenciales para producir animales sanos y de alta calidad para el consumo humano. La harina de Krill, además de ser una fuente rica en proteínas y lípidos, también aporta otros nutrientes esenciales que la convierten en uno de los superalimentos del sector de alimentación acuícola, conocida por su alta palatabilidad y por su gran efecto atrayente.
El Krill Antártico
El Krill Antártico (Euphausia superba) se encuentra en el océano Antártico, comienza su vida como larva nauplio en la oscuridad total a 2,000 – 3,000 m de profundidad.
Cerca de la superficie, el hielo ofrece refugio en contra de predadores pelágicos y fuente de alimento en forma de algas microscópicas que crecen en las capas de hielo. Se deshace de su exoesqueleto quitinoso aproximadamente cada 13 – 20 días y alcanzan la madurez luego de 3 – 4 años. Una vez maduro, se reproduce en aguas abiertas y las hembras liberan entre 6,000 y 10,000 huevos en un solo acto de apareamiento. Los huevos se hunden hasta el fondo del océano por debajo de las capas de hielo, donde se reinicia el ciclo (Figura 1).
Biomasa de Krill sostenible
La harina de Krill se produce a partir del especimen capturado exclusivamente en área 48 de la península Antártica, limitándose al 1% de la biomasa total estimada en esa área.
Según los hallazgos de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), la biomasa estimada ha aumentado de 60.3 millones de toneladas medidas en el año 2000 a 62.6 en 2018/19. En 2020, la pesquería del Krill recibió una calificación “A” de la Asociación de Pesca Sostenible, la única pesquería de reducción en el mundo con una biomasa que es catalogada como “en muy buena condición”.
La harina de Krill es el superalimento entre los alimentos para animales
El entendimiento de que muchas poblaciones de peces están sobreexplotadas o al borde del colapso, ha provocado la exclusión de la harina de pescado insostenible en los alimentos para animales.
Afortunadamente, el rico perfil nutricional de la harina de Krill hace de este producto un suplemento ideal para mejorar las propiedades antinutricionales de dietas de vegetales más sostenibles o de dietas animales alternativas (Figura 2).
Proteínas
La harina de Krill contiene hasta aproximadamente un 60% de proteínas, con un buen perfil de aminoácidos, y péptidos de bajo peso molecular fácilmente digeribles.
Ciertos aminoácidos son mucho más comunes en la harina de Krill que en la harina de pescado, lo cual incide en el rendimiento del crecimiento. En particular, los aminoácidos arginina, ácido glutámico, histidina y leucina, con mayor presencia en la harina de Krill, tienen correlación directa con la tasa específica de crecimiento y ganancia de peso en el abadejo de lucioperca (Gadus chalcogrammus).
“En 2020, la pesquería del krill recibió una calificación “A” de la Asociación de Pesca Sostenible, la única pesquería de reducción en el mundo con una biomasa que es catalogada como “en muy buena condición”.”
En la dieta del salmón del Atlántico (Salmo salar), cuando se compensó una reducción de la harina de pescado con harina de Krill, este creció igualmente bien, incluso más rápido que cuando la dieta contenía mayor inclusión de esta última. En el caso de la trucha arcoíris cultivada (Oncorhynchus mykiss), se encontraron resultados similares. Un perfil de aminoácidos superior en combinación con bajo peso molecular de nucleótidos solubles y péptidos de cadena corta, podrían ser la causa de esta mejoría en el rendimiento.
Lípidos
La harina de Krill contiene alrededor de un 25% de lípidos, DHA y EPA representan más de un 20% de estos ácidos. Sus ácidos grasos Omega3 están envueltos con fosfolípidos, permitiendo que se incorporen más efectivamente a las membranas celulares. Por ejemplo, niveles amplificados de fosfolípidos suministrados por el Krill, aumentaron el crecimiento y supervivencia en alevines de salmón del Atlántico, en larvas de la corvina amarilla grande (Larimichthys crocea) y en la dorada (Sparus aurata).
En la descendencia del lenguado gigante del Atlántico (Hippoglossus hippoglossus), la dieta de los reproductores a base de harina de Krill mejoró sus perfiles de ácidos grasos.
Además, el principal fosfolípido encontrado en la harina de Krill -la fosfatidilcolina-, también aporta colina, nutriente similar a una vitamina que interviene en la neurotransmisión y la osmorregulación.
Particularmente en organismos de acuicultura con etapa de vida en agua salada y en agua dulce, como el salmón, donde se desafía la osmorregulación, la colina puede soportar una transición de bajo estrés entre estos ambientes.
Atrayentes alimenticios
Los fosfolípidos también son atrayentes de alimentos, aunque la harina de Krill también contiene otros como la quitina, astaxantina y nucleótidos solubles de bajo peso molecular, aminoácidos y N-óxido de trimetilamina (TMAO). Estos mejoran la palatabilidad y atracción por el alimento y acortan su tiempo de latencia, lo que a su vez, disminuye la lixiviación de nutrientes y el desperdicio de alimento, representando para la producción acuícola la reducción de contaminación por nutrientes, costos y tiempo dedicado a la limpieza.
Para los crustáceos cultivados, la atracción por el alimento se traduce en un mayor consumo de este y, por ende, en crecimiento. Además, estos efectores de alimentación enriquecen la harina de Krill, lo cual permite que los animales cultivados hagan frente a situaciones estresantes como alta densidad, estrés por transferencia, cambios de salinidad o temperatura y enfermedades.
Por lo tanto, es importante considerar la atracción al formular alimentos. En un estudio que comparó los efectos de la inclusión de harina de Krill al 3% sobre la atracción por un alimento a base de plantas para camarones blancos con seis diferentes quimio-atrayentes marinos comúnmente utilizados, los alimentos con Krill o harina de cabeza de camarón, en general, fueron preferidos debido a su superior palatabilidad. Sin embargo, los resultados más relevantes evidenciaron que el peso corporal final, el crecimiento, el rendimiento y la supervivencia de los camarones alimentados con harina de cabeza de camarón fueron más bajos que aquellos alimentados a base de harina de Krill.
El Krill: un impulso de poder bioquímico
Muchos atrayentes alimenticios juegan un doble papel, por ejemplo, la estimulación del sistema inmunológico. La quitina es uno de esos componentes. Esta sustancia fibrosa se construye a partir de polisacáridos y forma una capa externa protectora del exoesqueleto del Krill. En el camarón blanco, individuos inyectados con quitina fueron más inmunocompetentes y resistieron con mayor facilidad una infección con la bacteria Vibrio. De manera similar, se ha demostrado que la quitina mejora el sistema inmunológico de la dorada, en particular el sistema inmunológico celular innato, mediante la modulación de la actividad leucocitaria en la cabeza y el riñón.
Asimismo, el antioxidante astaxantina, pigmento que no solo aporta al Krill sino también al salmón o los flamingos su coloración roja, tiene propiedades antiinflamatorias.
En las algas, de donde se origina el pigmento carotenoide, este las protege del estrés ambiental. Por lo tanto, la inclusión de aceite de Krill con astaxantina en la dieta de Litopenaues vannamei permitió que los camarones se enfrentaran mejor al estrés osmótico y térmico.
“Los resultados más relevantes evidenciaron que el peso corporal final, el crecimiento, el rendimiento y la supervivencia de los camarones alimentados con harina de cabeza de camarón fueron más bajos que aquellos alimentados a base de harina de krill.”
El Krill también contiene importantes vitaminas, como la vitamina A, D y E. Las vitaminas son macronutrientes que funcionan para optimizar los procesos metabólicos. El estrés puede provocar la desnaturalización de los ácidos grasos, que en forma de radicales libres alteran y rompen otros ácidos grasos poliinsaturados incrustados en estructuras celulares como la pared celular. Esto causa daño tisular, lo que dificulta el crecimiento, disminuye la supervivencia y reduce la calidad del producto, especialmente durante el desarrollo temprano. Las dietas ricas en vitamina E, como los alimentos complementados con harina de Krill, dan como resultado organismos cultivados más saludables y más grandes.
Conclusión
El Krill es una mezcla diversa de aminoácidos esenciales, lípidos, importantes atrayentes alimenticios y compuestos bioquímicos, como la quitina y la astaxantina. Como componente alimenticio, la harina de Krill aumenta el crecimiento, la robustez y la salud de los animales acuáticos y terrestres por igual. Su potencial ofrece un salvavidas para el sector de alimentos acuícolas que se enfrenta a preocupaciones de sostenibilidad sobre los ingredientes tradicionales marinos y la necesidad de avanzar hacia alternativas más sostenibles, pero a base de plantas nutricionalmente inferiores.
Aker BioMarine Antarctic AS ha obtenido la certificación del Consejo de Administración Marina por demostrar una pesca sostenible y su compromiso con la protección del Krill Antártico de la sobrepesca por la CCRVMA, por lo que la harina de Krill representa un ingrediente atractivo que maximiza el rendimiento alimentario de una manera sostenible y aumenta la rentabilidad de la agricultura en general.
Más información en: qrillaqua.com/es
Este artículo es patrocinado por Aker BioMarine