El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina, Julián Domínguez, se reunió hace pocos días con los directivos de las empresas locales Newsan y Salmon Trout, que en breve protagonizarán la primera exportación nacional de trucha arco iris con destino a Japón. Los empresarios detallaron que su emprendimiento recibió una inversión total de USD 22 millones y fue realizado en el marco del Proyecto de Acuicultura Sustentable.
El proyecto, que se espera que en sus primeros cinco años de desarrollo produzca un volumen de 13,000 toneladas, es un trabajo conjunto con la cartera agropecuaria, los equipos técnicos de ambas compañías y los gobiernos de las provincias de Río Negro y de Neuquén, en la Patagonia argentina. En ese sentido, Domínguez sostuvo que “esto es la demostración de que toda producción nacional es más fuerte y sostenible si se logra con el acompañamiento del Estado”.
“Al igual que la pesca, la Acuicultura comienza a marcar un camino profundo de crecimiento hacia todos los mercados del mundo, apuntando a producir más proteínas y creando más trabajo en nuestro territorio”, añadió el ministro.

La primera de muchas ventas al exterior
También presente en la reunión, el subsecretario de Pesca y Acuicultura, Carlos Liberman, destacó por su parte que “desde el año 2020, Argentina cuenta con una Dirección Nacional de Acuicultura que lleva dos años ininterrumpidos de logros reales y crecimiento en materia de financiamiento, desarrollo y producción”.
Por otro lado, el director de Newsan Food, Miguel Glikman, aseguró que “las condiciones naturales de Argentina para este tipo de cultivos representan una gran oportunidad. Creemos que esta será la primera de muchas exportaciones, contribuyendo al ingreso de divisas, al desarrollo de las economías regionales y al crecimiento de una industria estratégica con especial cuidado del ecosistema”.
Armonía con el medio ambiente
El proyecto de cultivo de trucha arco iris se desarrolla en el Embalse de la Cuenca del Limay, ubicada entre las provincias de Neuquén y de Río Negro, en aguas certificadas por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y, según aseguran los implicados, “en total armonía con el medio ambiente”. Ellos afirman que la excelente calidad ambiental y sanitaria de las aguas, sumado a una crianza responsable, permiten obtener “un producto de calidad única muy valorado en los mercados internacionales”.
El trabajo está liderado en los aspectos técnicos por el Gabriel Morales, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Argentina. Según se ha previsto, en los primeros cinco años de desarrollo del proyecto se producirá un volumen de 13,000 toneladas, que se destinarán principalmente a las exportaciones, pero también al mercado interno. Esto permitirá que la Argentina pueda sustituir importaciones de trucha provenientes desde Chile.
Además, informaron en rueda de prensa tras la reunión, se estima que gracias a este proyecto se puedan crear más de 250 nuevos puestos de trabajo, que se incorporarán de forma gradual a la cadena de valor y a una nueva planta de procesamiento que se anunció se establecerá en la ciudad de Bariloche, también en la Patagonia argentina.
Un proceso con cinco etapas
El proyecto se viene desarrollando “de manera gradual, cumpliendo las etapas para asegurar el cuidado medioambiental”. Las etapas del proceso son cinco, que se desarrollarán a lo largo de un tiempo productivo establecido en 28 meses: el hatchery (cinco meses), la crianza (tres meses), el engorde (de 12 a 24 meses) y la cosecha, además de una etapa final en plantas en las que generará valor agregado.
Además de Japón, el proyecto prevé exportar sus productos a otros principales mercados del mundo, como Estados Unidos, China y distintos países de Europa.