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La vibriosis, ¿la condena de los camaroneros?… Una actualización

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Por: Stephen G. Newman*

Las infecciones bacterianas en los camarones de cultivo son muy comunes y probablemente la principal causa de mortalidad en este tipo de camarones. Los Vibrios son ciertamente un actor importante en esto, pero no son la única causa ni mucho menos.

Hace seis años, escribí un breve artículo que resumía los desafíos que enfrentan los camaroneros cuando se trata de enfrentar con las infecciones por Vibrios. Esta es una actualización. Las infecciones bacterianas de los camarones de cultivo son muy comunes y probablemente la principal causa de mortalidad.

La Tabla 1 es una lista parcial de las especies de Vibrios que se han asociado a brotes de enfermedades en los camarones durante su ciclo de producción. Dentro de una misma especie puede haber muchas cepas que no causen enfermedades.

Vibrios

También, es importante tener en cuenta que la mayoría de los brotes de Vibrios se debe a bacterias oportunistas. Los organismos están debilitados por factores de estrés, los cuales pueden incluir patógenos virales, haciéndolos susceptibles.

La industria debería centrarse en minimizar la presencia de factores de estrés, en lugar de tratar de controlar selectivamente las cargas de Vibrios. Hacer una cosa sin la otra, es contraproducente. Como es evidente, una amplia gama de cepas específicas de especies seleccionadas de Vibrios pueden causar problemas de enfermedad similares.

Esto no significa que cada miembro de la especie sea preocupante, o que los preocupantes se traten mejor, intentando excluir a cada miembro del género de los sistemas de producción. La Figura 1 muestra el aspecto de los camarones afectados.

Los Vibrios en general

Son bastones curvos gramnegativos. La mayoría puede crecer en ausencia de oxígeno (denominados anaerobios facultativos). Se encuentran en el mar y en el agua salobre, aunque Vibrio cholerae también se encuentra en el agua dulce.

Son muy evolucionados, ya que tienen dos cromosomas, los cuales les permiten ser genéticamente muy flexibles. Se estima la existencia de más de 150 especies con probablemente miles de cepas. La mayoría son benignas y no pueden causar enfermedades, a menos que estén presentes en niveles que solo pueden lograrse cultivándolas en el laboratorio.

Son omnipresentes en el agua y colonizan muchos organismos acuáticos, como peces, camarones y cangrejos, entre otros, así como algas, formas planctónicas de diversos organismos y materia orgánica en suspensión.

Forman fácilmente complejos sistemas, conocidos con el nombre de biofilms, que ocasionan enfermedades y aseguran su persistencia en el medio ambiente.

Mitos erróneos sobre el papel de los Vibrios en la enfermedad de los camarones

Mito 1: Los Vibrios son todas las bacterias malas, excluyendo a cualquier otro género bacteriano

Muchas otras especies de bacterias han sido implicadas en brotes de enfermedades en camarones de cultivo. La mayoría son oportunistas como la mayoría de los Vibrios. Algunos de los géneros involucrados son Aeromonas, Pseudomonas, Streptococcus, Bacillus, Photobacterium, Pasteurella y Shewenella, entre otros.

Además, el hecho de que la mayoría de las bacterias no puedan cultivarse en medios de agar, permite deducir la posible existencia de muchos otros patógenos bacterianos que aún no han sido identificados.

Mito 2: Los Vibrios malos son de color verde en agar tiosulfato-citrato-sucrosa (TCBS) y los buenos son amarillos

No todos los Vibrios crecen en TCBS y la distinción comúnmente utilizada es el color de las colonias en el agar, que se relaciona erróneamente con la virulencia, refleja la capacidad de usar el azúcar sacarosa. No hay ninguna correlación entre esto y la presencia de toxinas o la capacidad de producir enfermedades.

Los Vibrios que fermentan la sacarosa (amarillo) en TCBS, como los presentados en la Figura 2, pueden ser altamente virulentos.

Mito 3: La bioseguridad responsable requiere esfuerzos para moderar las cargas de Vibrios

Los Vibrios desempeñan un papel muy importante en la degradación de la quitina que constituye las paredes celulares de crustáceos, hongos e insectos. Es una molécula polimérica lineal, polímero de N-acetil-D-glucosamina ligado a beta 1,4. En los ecosistemas acuáticos donde haya quitina, habrá Vibrios.

Dado que la quitina es un componente estructural importante de todos los crustáceos, los Vibrios están naturalmente asociados a su presencia. Deshacerse de ellos abre nichos para otros patógenos potenciales.

Los esfuerzos para mitigar el impacto de las cargas de Vibrios deben ser de carácter general y no estar orientados a reducir las cargas hasta el punto de que los huecos en los nichos permitan el dominio de otras bacterias igual de capaces de causar enfermedades.

Los organismos de granja estarán más sanos y fuertes si hay bajos niveles de Vibrios en un sistema de producción. Las enfermedades son el resultado de la interacción entre el organismo huésped, el entorno y el patógeno potencial.

Los organismos producidos de forma que se minimice el estrés al cual están sometidos, tienen más posibilidades de prosperar. Los organismos fuertes y sanos tienen muchas más probabilidades de desarrollar su potencial genético que los estresados.

A menos que los Vibrios presentes sean patógenos obligados y estén presentes a niveles de umbral (niveles necesarios para generar la enfermedad en organismos sanos), los esfuerzos para controlarlos de manera absoluta no los protegerán e la enfermedad. Otros no-Vibrios causarán enfermedades.

Mito 4: El estrés no es acumulativo

El estrés se presenta en muchas formas diferentes. Cuando los camarones o peces sufren anoxia u otros factores de estrés y se recuperan, no se puede asumir que se recuperarán al punto en el cual estaban antes del evento.

Los organismos responden de muchas maneras al estrés. El modo depende de cuáles sean los estresores y del tiempo que estén presentes. Lo mismo ocurre cuando han estado expuestos a materiales tóxicos. Puede parecer estar bien, pero esta exposición puede tener efectos duraderos en su homeostasis.

Muchos creen que está bien permitir la exposición de los organismos a niveles subletales de toxinas. Los debilitados son más susceptibles a los patógenos oportunistas y a los niveles de umbral más bajos de los patógenos obligados.

El objetivo debe ser producir cultivos con poco o ningún estrés, no ver con cuánto estrés se puede salir.

Mito 5: El cribado por reacción en cadena de la polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés), proporciona una garantía absoluta de que los organismos están libres de los patógenos analizados

La PCR es una poderosa herramienta que nunca fue concebida para utilizarse de la forma como lo hace la industria camaronera. Las pruebas estándar de PCR no son cuantitativas. Es un sí o un no.

La presencia de un presunto patógeno no significa la existencia de un proceso de enfermedad activo o que vaya a producirse. La ausencia no significa que no esté presente. Sólo significa que la muestra fue negativa.

La PCR también puede ser cuantitativa y se conoce como PCR en tiempo real. Puede utilizarse para seguir el crecimiento de un patógeno (obligado y oportunista) en una población susceptible.

Si los niveles aumentan con el tiempo y esto ocurre de forma concomitante con una degradación del rendimiento de los organismos, entonces es seguro asumir que están potencialmente relacionados.

Aunque los resultados de la PCR pueden ser bastante útiles, tienen una grave deficiencia. Cuando se examinan los organismos basándose en las estadísticas, siempre hay una posibilidad de que el patógeno esté presente y el examen no lo haya detectado (falsos negativos).

Vibrios

Sólo siguiendo su comportamiento en el campo se puede estar seguro de que los resultados de la PCR para una población son consistentemente válidos.

Además, si uno no se asegura de que la forma como se analizan los organismos es coherente con el comportamiento conocido del patógeno potencial de interés, se producirán falsos negativos. Quizá el mejor ejemplo sea el del virus que causa las manchas blancas (WSSV, por sus siglas en inglés).

Este no se desarrolla bien a temperaturas de agua más cálidas, prospera a temperaturas más frías. Si no se analizan los organismos que se mantienen a temperaturas más frías, siempre se obtendrán falsos negativos.

Otro ejemplo sería que las cepas de V. parahaemolyticus, las cuales llevan las toxinas PIRa y PIRb, pueden no ser detectables por PCR estándar sin enriquecimiento. La toxina podría estar presente, como lo demuestra el daño a los tejidos susceptibles, pero las pruebas de PCR resultan negativas.

Las muestras de origen sospechoso de la bacteria deben cultivarse en caldo durante 12 a 24 horas antes de realizar la prueba PCR. En muchos casos, las muestras que inicialmente resultaron negativas en las pruebas de PCR pueden ser positivas.

Conclusiones

Ya es bastante difícil tener éxito en la cría de camarones; es aún más difícil cuando hay una gran cantidad de información errónea que circula ampliamente como un hecho. La clave para una producción exitosa y sostenible es verlas como lo que son y asegurarse de no permitir que interfieran con la realidad.

Aunque no cabe duda de que los Vibrios sean la principal causa de los brotes de enfermedades bacterianas en los camarones de granjas, no se puede ignorar el papel de los factores de estrés. Los acuicultores gastan mucho dinero y tiempo intentando controlar los Vibrios cuando ignoran habitualmente los factores de estrés.

Un poco de estrés es siempre inherente a cualquier paradigma de cultivo. La selección genética puede ser bastante útil para generar líneas de organismos más tolerantes que el tipo salvaje. De hecho, esta es la base de la domesticación.

Hasta que los acuicultores no acepten la realidad de que el estrés evitable está permitiendo que las bacterias oportunistas les afecten, estas bacterias seguirán causando un enorme daño a la industria acuícola mundial. Tratar de eliminarlas de manera total o parcial es más que probable que sólo conduzca a otros desafíos.

Stephen G. Newman

Stephen Newman es doctor en Microbiología Marina con más de 30 años de experiencia.
Es experto en calidad del agua, salud animal, bioseguridad y sostenibilidad con especial enfoque en camarón, salmónidos y otras especies.
Actualmente es CEO de Aqua In Tech y consultor para Gerson Lehrman Group, Zintro y Coleman Research Group.
Contacto: sgnewm@aqua-in-tech.com
www.aqua-in-tech.com
www.bioremediationaquaculture.com
www.sustainablegreenaquaculture.com

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