Por: : Ing. Angela María Gómez y Dr. David Celdrán Sabater *
Los procesos de maduración del agua con fermentos orgánicos han cobrado gran relevancia debido a los beneficios que reportan al cultivo, resolviendo el uso indiscriminado de fertilizantes químicos nitrogenados o fosforados y promoviendo el mejoramiento de la calidad del agua, del suelo y la microbiota del estanque.
Actualmente, los procesos de maduración del agua con fermentos orgánicos han cobrado gran relevancia debido a los beneficios que reportan al cultivo. La problemática que vienen a resolver es en el uso indiscriminado de fertilizantes químicos nitrogenados o fosforados (comúnmente nocivos y peligrosos para la salud).
De manera que con tecnologías simbióticas se sustituyen dichos químicos por fermentos de materias vegetales. De entre los fermentos usados para la maduración destaca el fermento híbrido elaborado a base de melaza, salvado de arroz y soya, junto a bacterias probióticas y levaduras beneficiosas llamado bomba de fermento.
La maduración del agua del estanque con dicho fermento híbrido promueve el aumento de las bacterias, levaduras beneficiosas y del zooplancton en el sistema, lo cual repercute en un aumento de la calidad del agua y desempeño en el crecimiento del animal desde la siembra.
Formulación de la “Bomba de Fermento”
Se trata de un fermento híbrido que aporta bacterias capaces de modular el microbioma del estanque. Este es el resultado de hibridar el fermento de cereales con bacterias probióticas, melaza con levaduras y leguminosas (soya).
“Es común emplear la técnica de “bomba de fermento” en la fase de maduración y puede usarse durante la rutina productiva prescindiendo de la soya en la fórmula.”
Uno de los objetivos de esta técnica simbiótica es producir una población suficientemente grande de bacterias probióticas, levaduras beneficiosas y zooplancton que alimenten y protejan a peces y camarones de afecciones por agentes patógenos.
En la fase de maduración este fermento se centra en el desarrollo de un biofilm en el fondo rico en zooplancton, donde destaca la alta población de rotíferos, copépodos y nematodos.
Formulación de la “bomba de fermento” del grupo bioaquafloc (www.bioaquafloc.com):
las cantidades necesarias para la elaboración de la “bomba de fermento” se detallan a continuación:
Dosificación para 500 litros por hectárea con una aplicación de 3 a 4 veces por semana.
✓ 500 l de agua
✓ 30 kg de salvado de arroz u otro cereal
✓ 10 kg de soya triturada
✓ 10 kg de melaza
✓ 10 g de levadura
✓ 10 g o 10 ml de bacterias probióticas (Lactobacillus sp y/o Bacillus subtilis).
Para su preparación:
Primero, se diluyen las bacterias probióticas y la levadura en agua. Luego, se adiciona el salvado de arroz con la melaza y la soya, mezclándose todos los ingredientes. La mezcla se remueve esporádicamente durante los dos días que dura la fermentación. Se aplica dos o tres veces por semana en la maduración.
Características de la “bomba de fermento”
Es un fermento líquido y con tonalidades doradas. Durante la fermentación, la población de probióticos añadidos crecerá de manera exponencial, superando en ocasiones 1,010 unidades formadoras de colonia por mililitro.
El pH descenderá por debajo de 5, el olor comenzará dulce y se tornará más agrio e intenso. Esto es debido a la degradación de la materia orgánica y la generación de ácidos orgánicos de cadena corta (Hotz y Gibson, 2007), entre ellos, se encuentra el ácido láctico que tiene efectos muy importantes en la microbiota del estanque.
“El rol de la melaza es aportar azúcares libres, tales como sacarosa, glucosa, levulosa, maltosa, lactosa, fructuosa, rafinosa, entre otros, que la bacterias utilizarán para un crecimiento más rápido (López, et al., 2021).”
El salvado de cereal propiciará la generación de enzimas tan importantes como la celulasa, la cual ejercerá control sobre la población de microalgas del estanque, además de suponer una fuente de liberación lenta de carbono.
La soya aportará los polipéptidos y aminoácidos esenciales para sostener la población de microorganismos beneficiosos del estanque. El bajo pH del fermento garantiza la eliminación de bacterias perjudiciales y patógenas en el recipiente de fermentación porque no serán capaces de vivir en este entorno ácido.
“Las únicas bacterias que sobreviven son las bacterias acido lácticas y algunos Bacillus y levaduras.”
Así mismo, adicionar fermento al estanque ayuda a controlar pH altos y propicia que el nitrógeno amoniacal total (NAT) se encuentre en forma de amonio, que es 300 veces menos tóxico que el amoniaco.
La fermentación también mejora la calidad y la digestibilidad de las proteínas, el contenido de vitamina B y la seguridad microbiológica y la calidad de conservación (Hotz y Gibson, 2007).
Efectos de la “bomba de fermentos” durante la maduración
La maduración del agua del estanque se realiza antes de sembrar los organismos. Se procede al llenado del mismo y se aportan microorganismos benéficos (probióticos y levaduras), los cuales ocuparán todos los nichos del estanque disponibles, ejerciendo dos importantes efectos.
El primero se conoce como exclusión competitiva y ocurre cuando las bacterias benéficas ocupan el espacio físico del estanque y no permiten la instalación de agentes patógenos.
El segundo se relaciona con la capacidad bioremediadora, es decir, las bacterias que se desarrollan son capaces de asumir el nitrógeno amoniacal total, las heces y restos de alimento liberados.
La aplicación de la “bomba de fermento” durante la maduración es la clave de la acuicultura simbiótica.
Propicia la degradación de las sustancias tóxicas y de desecho que se generan en el estanque, lo cual está conectado directamente con prescindir de los recambios de agua.
“De hecho, la obtención de una adecuada calidad de agua para el cultivo mediante la aplicación de los fermentos permite reducir o eliminar los recambios de agua.”
Esto permite la reducción del consumo de combustibles fósiles para el bombeo y de la huella de carbono, así como una reducción drástica de las enfermedades (puesto que el 90% de las enfermedades ingresan por medio de los recambios de agua, al eliminarlos se elimina el riesgo) aumentando extraordinariamente la bioseguridad de la actividad.
La utilización de esta “bomba de fermento” promueve amplios beneficios que se resumen en un mejoramiento de la calidad del agua, del suelo y la microbiota del estanque.
*Referencias citadas por el autor disponibles bajo previa solicitud a nuestro equipo editorial.
Doctor en Ecología Marina, Máster en acuicultura y Licenciado en Ciencias Ambientales por la Universidad de Murcia.
Colaborador de investigación en laboratorios en Francia, Corea del Sur, Australia y México.
Fue investigador nacional SNI1 en México.
Consultor de Conservation International Foundation en Costa Rica y Asesor internacional de empresas productivas en tecnologías acuícolas simbióticas.
Revisor de la Revista Ingeniantes CITT.
Tutor académico de tesis de doctorado en tecnologías simbióticas.
Fundador y gerente de la web de acuicultura simbiótica www.bioaquafloc.com
Una idea sobre “Bomba de fermento para la maduración del agua en acuicultura simbiótica”
Excelente trabalho