Las proyecciones de población e ingresos para 2050 sugieren que la demanda global de alimentos nutritivos aumentará considerablemente en las próximas décadas, por lo que la pregunta es: ¿La producción de alimentos del mar cuenta con capacidad para expandirse de manera sostenible, equitativa y eficiente en el futuro?
El crecimiento de la población, el aumento de los ingresos, y los cambios de preferencia aumentarán considerablemente la demanda global de alimentos nutritivos en las próximas décadas. La desnutrición y el hambre aún afectan a muchos países, y las proyecciones de población e ingresos para 2050 sugieren una necesidad futura de más de 500 megatoneladas (Mt) de carne por año para el consumo humano.
Aumentar la producción de cultivos provenientes de la tierra es un desafío por la disminución de las tasas de rendimiento y la competencia por los escasos recursos de tierra y agua. Los productos del mar obtenidos en tierra (acuicultura de agua dulce y pesca de captura continental) tienen un papel relevante en la seguridad alimentaria y el suministro mundial, pero su expansión también está restringida.
“A pesar de la importancia de la acuicultura en la producción de alimentos del mar, muchos países –en particular China, el mayor productor de acuicultura continental– han restringido el uso de la tierra y las aguas públicas para este propósito, lo que limita su expansión.”
Aunque la pesca de captura continental es valiosa para la seguridad alimentaria, su contribución a la producción mundial total de pescados y mariscos es reducida y su expansión se ve obstaculizada por condiciones del ecosistema.
Por tanto, para satisfacer las necesidades futuras (y reconociendo que las fuentes terrestres de pescado y otros alimentos también son parte de la solución), la pregunta es si la producción sostenible de alimentos del mar juega un papel importante en el suministro futuro de alimentos.
Aquí presentamos un análisis extenso de los principales sectores productores de alimentos en el mar: pesca salvaje, maricultura de peces y maricultura de bivalvos, con una estimación de las curvas de oferta sostenible, tomando en cuenta los límites ecológicos, económicos, regulatorios y tecnológicos.
Aumentar de forma sostenible los alimentos del mar
Las cuatro vías principales a través de las cuales se podría aumentar el suministro de alimentos del mar son:
(1) mejorar la gestión de la captura de peces silvestres,
(2) implementar reformas de políticas de maricultura,
(3) el avance de las tecnologías de alimentación para la maricultura y
4) demanda cambiante, que afecta la cantidad ofrecida de los tres sectores de producción.
Aunque la producción de maricultura ha crecido de forma constante durante los últimos 60 años (Figura 1) y es una contribución importante a la seguridad alimentaria, la gran mayoría (más de 80%) de los alimentos del mar proviene de la pesca salvaje (Figura 1b).
De casi 400 poblaciones de peces en el mundo que han sido monitoreados por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), aproximadamente un tercio no se captura dentro de límites sostenibles.
“De hecho, la sobrepesca ocurre en pesquerías mal administradas (acceso abierto), una realidad en regiones con problemas de seguridad alimentaria y nutrición.”
En pesca de acceso abierto, la presión aumenta a medida que sube el precio, esto resulta en una curva de oferta (la curva OA de la Figura 2a) en la que los precios más altos provocan el agotamiento de las poblaciones de peces y reducen la productividad, afectando el equilibrio de la provisión de alimentos.
En tal sentido, se presentan dos rutas hipotéticas, mediante las cuales la pesca salvaje puede adoptar una gestión mejorada (Figura 2a).
Primero, independientemente de las condiciones económicas, los gobiernos pueden imponer reformas en la gestión pesquera. La producción resultante para 2050 a partir de esta ruta –asumiendo que la pesca se gestiona para obtener el máximo rendimiento sostenible (MSY, por sus siglas en inglés) – está representada en la curva MSY de la Figura 2a, y no depende del precio.
“La segunda ruta, reconoce de manera explícita que monitorear la pesca salvaje es muy costoso. Las reformas de administración son solo adoptadas por pesquerías en las cuales las ganancias futuras superan los costos asociados a una mejor gestión.”
Cuando las entidades de gestión responden a incentivos económicos, aumenta el número de pesquerías para las que los beneficios de una gestión mejorada superan los costos, a medida que aumenta la demanda y, por ende, el precio.
Esta gestión económicamente racional determina de forma endógena qué pesquerías están bien gestionadas y, por lo tanto, cuánta producción de alimentos entregan, resultando en la curva de oferta denominada R en la Figura 2a.
En la Figura 2b se presenta la explicación de porqué la producción de alimentos a través de la maricultura está actualmente limitada y se describe cómo la relajación de estas restricciones lleva a diferentes rutas de expansión.
La primera ruta reconoce que las políticas ineficaces han limitado la oferta. Las regulaciones laxas en algunas regiones han resultado en una gestión ambiental deficiente, enfermedades e incluso el colapso, lo que ha comprometido la viabilidad de la producción de alimentos a largo plazo (curva M1 de la Figura 2b).
“En otras regiones, las regulaciones son demasiado estrictas, complicadas y mal definidas, limitando la producción (Curva M2 en la Figura 2b).”
En ambos casos, las políticas mejoradas y su implementación podrían aumentar la producción de alimentos al prevenir y poner fin a las prácticas de maricultura perjudiciales para el medio ambiente (el cambio de M1a M3 en la Fig. 2b) y permitir una expansión ambientalmente sostenible (el cambio de M2 a M3 en la Fig. 2b).
La segunda ruta para aumentar de manera sostenible la producción de maricultura es a través de nuevos avances tecnológicos en los alimentos para peces. En la actualidad, la mayor parte de la producción de maricultura (75%) requiere algún alimento (como harina de pescado y aceite de pescado) que se deriva en su mayoría de la pesca salvaje.
Si en la alimentación en maricultura se continúa empleando harina y aceite de pescando al ritmo actual, su crecimiento será inhibido por los límites ecológicos de esta pesca salvaje. Se espera que una menor dependencia de aceite y harina de pescado desplace la curva de oferta de la maricultura hacia la derecha (curva M4 de la Figura 2b).
La ruta final es un cambio en la demanda, que afecta los tres sectores de producción. Cuando la curva de oferta sostenible tiene pendiente positiva, un aumento de la demanda (desplazamiento hacia la derecha, por ejemplo, debido al aumento de la población, los ingresos o las preferencias) aumenta la producción de alimentos.
Estimación de curvas de oferta sostenible
Las curvas de oferta mundial para la pesca salvaje marina se construyeron a partir de la producción futura proyectada para 4,702 pesquerías bajo escenarios alternativos de gestión (Figura 3a). La gestión de todas las pesquerías para maximizar la producción de alimentos (MSY) daría como resultado 57.4 Mt de alimentos en 2050, lo que representa un aumento de 16% en comparación con la producción actual (Figura 3a).
Bajo este escenario de reforma económicamente racional, el precio influye en la producción (Figura 3a). Al promedio de precios globales vigentes, este escenario podría resultar en 51.3 Mt de alimentos (77.4 Mt equivalentes en peso vivo), un aumento de 4% en comparación con la producción actual de alimentos.
El escenario de reforma de políticas, el cual supone que las políticas de maricultura no son ni demasiado restrictivas ni laxas (curva M3 en la Figura 2b), pero cuyos requisitos en cuanto al uso de harina y aceite de pescado coinciden con las condiciones actuales, produce una modesta cantidad adicional de 1.4 Mt de alimentos a los precios vigentes en la actualidad.
“En este escenario, los insumos de alimentos de origen marino limitan la expansión de la maricultura incluso cuando el precio aumenta de manera considerable.”
A los precios actuales, la producción económicamente racional podría llevar a un aumento de 2.9 Mt a 80.5 Mt de alimentos (Figura 3c). Incluso, si el modelo subestima los costos en un 50%, a los precios actuales, las reformas políticas aumentarían el potencial de producción de la maricultura alimentada y no alimentada.
Para la maricultura alimentada, esto sigue siendo cierto aun cuando se evalúan especies con diferentes demandas alimenticias (salmón del Atlántico, sabalote y barramundi).
Estimaciones de futuros alimentos provenientes del mar
Las curvas de oferta sugieren que los tres sectores de producción de alimentos del océano son capaces de producir muchos más alimentos de forma sostenible que en la actualidad. La cantidad demandada de alimentos del mar también responderá al precio (Figura 4).
La intersección de las curvas de demanda futura y oferta sostenible proporciona un estimado de la producción futura de alimentos del mar. Incluso bajo las curvas de demanda actual (curvas verdes en la Figura 4), la reforma económicamente racional de las políticas de pesca marina salvaje y maricultura sostenible bajo el escenario de innovación tecnológica (ambicioso) podría resultar en un total combinado de 62 Mt de alimentos del mar por año, 5% más que los niveles actuales (59 Mt).
Bajo el escenario de demanda futura (curva morada en la Figura 4), se proyecta que el total de alimentos del mar aumente a 80 Mt.
“Si la demanda cambia aún más, se espera que la intersección de la oferta y la demanda aumente a 103 Mt de alimentos. Aplicando el enfoque de la FAO para estimar las necesidades futuras, el mundo requerirá 177 Mt de carne adicionales para 2050.”
Los resultados sugieren que los alimentos adicionales del mar por sí solos podrían contribuir plausiblemente con el 12-25 % de esta necesidad y que la composición futura de los alimentos del mar diferirá de manera sustancial de la actual (Figura 5).
Aunque la pesca salvaje domina la producción marina comestible en estos momentos, la proyección indica que para 2050 hasta el 44% provendrá de la maricultura, aunque todos los sectores podrían aumentar la producción.
Conclusiones
La demanda mundial de alimentos está aumentando y la expansión de la producción basada en la tierra envuelve preocupaciones ambientales y de salud. Debido a que los productos del mar son nutricionalmente diversos y evitan o reducen muchas de las cargas ambientales de la producción de alimentos terrestres, se encuentran en una posición única para contribuir al suministro de alimentos a futuro, así como a la seguridad alimentaria y nutricional de la humanidad.
Las curvas estimadas de oferta sostenible de alimentos del mar sugieren posibilidades sustanciales para la expansión futura tanto en la pesca salvaje como en la maricultura. El potencial para una mayor producción mundial de pesca salvaje depende de mantener las poblaciones de peces cerca de sus niveles más productivos.
“En el caso de aquellas subutilizadas se requerirá expandir los mercados existentes, y en el de las sobreexplotadas será necesario adoptar o mejorar las prácticas de gestión que eviten la sobrepesca y permitan la recuperación de las poblaciones agotadas.”
El cambio climático desafiará aún más la seguridad alimentaria. Las estimaciones sugieren que la adaptación activa a los cambios inducidos por el clima será crucial tanto en la pesca salvaje como en la maricultura. La gestión adaptada al clima de la pesca salvaje y las decisiones con respecto a la producción de maricultura podrían mejorar el suministro de alimentos del mar en condiciones de cambio climático.
El mar puede contribuir mucho más a la producción sostenible de alimentos, y esto se logra con la implementación de una variedad de mecanismos plausibles y procesables. El mecanismo de precios –cuando motiva a una mejor gestión de la pesca y la expansión sostenible de la maricultura en nuevas áreas– surge del cambio en la demanda y actúa por si solo sin ninguna intervención explícita.
El mecanismo de tecnología de alimentación está impulsado por incentivos para la innovación y, por lo tanto, adquirir derechos de propiedad intelectual sobre estas.
Cuando la propiedad intelectual no está garantizada, para lograr otros objetivos sociales, los subsidios públicos u otras inversiones en estas tecnologías pueden desempeñar un papel importante. El mecanismo de política impregna los tres sectores de producción y podría impulsar – o imposibilitar– la capacidad de los alimentos del mar para expandirse de manera sostenible, equitativa y eficiente en el futuro.
Esta es una versión resumida desarrollada por el equipo editorial de Panorama Acuícola Magazine del artículo “THE FUTURE OF FOOD FROM THE SEA” escrito por CHRISTOPHER COSTELLO – University of California; LING CAO – Shanghai Jiao Tong University, STEFAN GELCICH – Pontificia Universidad Católica de Chile; MIGUEL Á. CISNEROS-MATA – Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura, Guaymas, México; CHRISTOPHER M. FREE – University of California.
La versión original, incluyendo tablas y figuras, fue publicada en AGOSTO de 2020 en NATURE.
Se puede acceder a la versión completa, a través de https://doi.org/10.1038/s41586-020-2616-yr