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La Acuicultura como una industria de Tecnología de Alimentos: el cambio del paradigma

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Por: Artemia Salinas

En los últimos 4 años se han invertido poco más de 600 millones de dólares en el crecimiento y expansión de empresas acuícolas prometedoras nuevas (startups), mientras que los acuicultores tradicionales, con años en operación, ven cada año más sombrío y sin expectativas de financiamiento ¿Qué está pasando?

Cuando vemos a la acuicultura como una industria de Tecnología de Alimentos, la sacamos del encasillamiento de ser una industria pecuaria, agrícola o pesquera, es decir, de ser una industria del sector primario, y la rescatamos de pertenecer a un sector empobrecido, con reducidas posibilidades de captar inversión para su desarrollo, ya sea estatal o privado, desmedidamente criticado y vituperado como un sector poco sostenible, generador de todo tipo de contaminación a su alrededor, y con una imagen llena de dudas para el consumo y los mercados.

De acuerdo al paradigma tradicional, se espera que la acuicultura, o el cultivo de plantas y animales acuáticos, desempeñe un papel importante en el futuro de la producción de alimentos. Y, este paradigma, se basa en las siguientes tendencias:

✓ Aumento de la demanda de productos del mar: a medida que la población mundial continúa creciendo, se espera que aumente la demanda de productos del mar. La acuicultura puede ayudar a satisfacer esta demanda, proporcionando una fuente sostenible de pescados y mariscos.

✓ Avances que están mejorando la eficiencia, reduciendo los costos y aumentando los rendimientos.

✓ Prácticas ambientales sostenibles que están impulsando el desarrollo de la acuicultura sostenible.

Sin embargo, para lograr la consolidación de estas tendencias, es necesario que la acuicultura recorra el camino hacia la innovación y la expansión continuas. Se debe transformar de una producción artesanal y semiintensiva tradicional, a una industria alimentaria de alta tecnología que utiliza técnicas de vanguardia para maximizar la productividad y la eficiencia.

“Debe tener la capacidad de controlar el entorno donde se crían los peces y otros organismos acuáticos. Utilizar las tecnologías genéticas para criar selectivamente peces y camarones que sean resistentes a enfermedades, crezcan más rápido y tengan mayores rendimientos.”

Además, incorporar la automatización y la robótica para agilizar las operaciones y aumentar la eficiencia: sistemas de alimentación automatizados, sistemas de monitoreo de calidad del agua, sistemas de cosecha y clasificación de pescados y camarones, entre otros muchos procesos que debe abordar.

En suma, la acuicultura debe convertirse en una industria, altamente sofisticada y tecnológicamente avanzada, que juegue un papel importante en la satisfacción de la creciente demanda de productos del mar y minimizar el impacto ambiental de las prácticas pesqueras tradicionales.

“No obstante, la acuicultura no ha encontrado en el sector pecuario un ecosistema empresarial y financiero que soporte esta vertiginosa revolución acuícola.”

No es allí donde está el dinero. Prueba de ello, son las startups que han emergido y crecido en la última década, atrayendo la atención y el dinero de diversos fondos de inversión, los cuales las han visto como una oportunidad de incrementar sus rendimientos financieros en el desarrollo de tecnologías para la alimentación humana del futuro.

Las nuevas empresas en acuicultura se centran en desarrollar nuevas tecnologías y enfoques para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad de la producción de pescados y mariscos.

Como algunos ejemplos tenemos:

AquaMaof: startup israelí que desarrolla sistemas de acuicultura de circuito cerrado que reciclan agua y desechos, reduciendo el impacto ambiental y los costos operativos.

BlueNalu: nueva empresa con sede en California, Estados Unidos (EE.UU.), que elabora productos del mar directamente a partir de células de pescado, lo que elimina la necesidad de la pesca o la acuicultura tradicionales.

Osmo Systems: startup localizada en San Francisco (EE.UU.) que crea sensores y software para monitorear la calidad del agua en los sistemas de acuicultura, lo que permite a los acuicultores optimizar sus operaciones y mejorar la salud de sus peces.

Fish 2.0: una competencia mundial de empresas emergentes que conecta a empresarios con inversores y expertos de la industria, para impulsar la innovación y el crecimiento en el sector sostenible de los productos del mar.

Ocean Rainforest: startup danesa que cultiva algas marinas para su uso en alimentos, cosméticos y otros productos, proporcionando una alternativa sostenible y nutritiva a los cultivos tradicionales.

BioFishency: startup israelí que diseña y fabrica sistemas de tratamiento de agua compactos y rentables para la acuicultura. Su tecnología mejora la calidad del agua, reduce los desechos y aumenta los rendimientos de los productores de peces y camarones.

Jala Tech: startup indonesia que crea sistemas inteligentes de acuicultura para pequeños acuicultores. Su tecnología incluye sensores y software que monitorean calidad del agua, niveles de oxígeno y patrones de alimentación, lo que les permite optimizar sus operaciones y mejorar la productividad.

Gills Engineering: startup de Singapur que produce alimentos acuícolas sostenibles utilizando larvas de insectos. Su tecnología reduce la dependencia de los alimentos tradicionales a base de harina de pescado y soya, que son costosos y ambientalmente insostenibles.

ShrimpVet: empresa emergente de Malasia que brinda servicios de diagnóstico y consultoría a los camaroneros. Su tecnología ayuda a los productores a identificar y tratar enfermedades en sus poblaciones de camarones, mejorando la productividad y reduciendo las pérdidas.

ShrimpBox (Atarraya Inc.): empresa emergente de acuicultura, con sede en San Diego (EE.UU.), que se enfoca en desarrollar sistemas terrestres sostenibles para producir peces y camarones.

Estos son solo algunos ejemplos de las muchas nuevas empresas que trabajan para revolucionar la industria de la acuicultura. A medida que la demanda de productos del mar sigue creciendo, estas empresas innovadoras desempeñarán un papel cada vez más importante para satisfacer esa demanda, de manera sostenible y responsable.

“Según los informes de la industria, la inversión en nuevas empresas (startups) de acuicultura ha aumentado constantemente durante los últimos cinco años.”

En 2020, por ejemplo, la inversión total en nuevas empresas de acuicultura (startups) alcanzó los $ 193 millones, superando los $ 350 millones, solo en la primera mitad del año 2021, con acuerdos notables que incluyen la ronda de financiación de $ 12 millones de Hatch y la ronda Serie A de $ 7.2 millones de Proteon Pharmaceuticals.

Esto representa un aumento del 44% con respecto a 2019, lo que muestra un crecimiento significativo en la inversión en la industria. La pandemia generada por el COVID-19 también ha acelerado la demanda de productos del mar, sostenibles y de origen local, impulsando una mayor inversión en el sector acuícola.

Durante los últimos cinco años, ha habido una serie de inversores importantes en la industria de la acuicultura, incluidas empresas de capital de riesgo, empresas de capital privado e inversores corporativos. Algunos de los inversores más importantes en este ámbito incluyen a:

Aqua-Spark: empresa de capital de riesgo, con sede en los Países Bajos, que se centra exclusivamente en inversiones en acuicultura sostenible.

Obvious Ventures: empresa de capital de riesgo, con sede en Estados Unidos, que invierte en empresas centradas en el impacto social y ambiental positivos, abarcando las de la industria de la acuicultura.

Creadev: firma de inversión francesa que apoya nuevas empresas innovadoras en los sectores de la alimentación y la agricultura, incluida la acuicultura.

Aqua Capital: firma brasileña de capital privado especializada en inversiones en la industria de la acuicultura en América Latina.

Mubadala Investment Company: fondo de riqueza soberana, con sede en los Emiratos Árabes Unidos, que ha realizado importantes inversiones en nuevas empresas acuícolas, entre las que se cuentan BlueNalu y Aquabyte.

Hatch: es una aceleradora de acuicultura global y una firma de inversiones, con sede en Bergen, Noruega, y oficinas adicionales en Singapur, Hawái y Noruega. La compañía brinda apoyo, asesoría e inversión a las nuevas empresas de acuicultura en etapa inicial.

Estos son solo parte de los muchos inversores que han estado activos en la industria de la acuicultura durante los últimos cinco años. A medida que la industria continúa creciendo, podemos esperar ver más inversión y actividad de los inversores tradicionales y nuevos en la industria de la acuicultura, vista como una industria de Tecnología de Alimentos.

Estas empresas acuícolas nuevas (startups) basan su propuesta de valor en un sistema de producción: predecible, repetible y sostenible. Una situación que las empresas acuícolas, bajo los sistemas tradicionales de producción, no han podido alcanzar.

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