Por: Antonio Garza de Yta, Ph.D.*
Presidente, Aquaculture without Frontiers (AwF)
Hoy vivimos en una época en la cual las emociones importan más que la verdad. En esta era, la toma de decisiones, a veces fundamentales, se basan en la forma como algo nos hace sentir, en lugar de la validez de los hechos. Yo no voy a defender todo lo que se publica, pero sí voy a defender al método científico.
Aunque todos sabemos que esto ha generado una infinidad de problemas a escala mundial, donde se han tomado decisiones basadas en hechos alternativos y realidades personales, en lugar de análisis basados en datos duros, usualmente con resultados catastróficos, en mi tal vez inocencia pensé que esto jamás iba a permear a la acuicultura… iluso yo.
Hace un par de semanas me tocó debatir con un reconocido Blogger del medio acuícola, que desacreditaba a diestra y siniestra lo hecho por los principales científicos acuícolas del mundo, ya que, a su parecer, había visto que otras cosas pasaban en la realidad. La apreciación personal, sobre los hechos, es algo que ya ha permeado en la acuicultura y, viendo la situación actual, lo ha hecho ya desde hace un tiempo.
“Yo no voy a defender todo lo que se publica, pero sí voy a defender al método científico. Este método faculta a quien lo utiliza a aproximarse a la realidad de forma independiente de sus creencias.”
Es una forma sistemática y estructurada de afrontar una pregunta. El método científico es una herramienta que permite generar conocimiento objetivo al resolver la veracidad o falsedad de un postulado a través de la aplicación de una serie de etapas o pasos, los cuales involucran: hacer una observación, plantear una pregunta, generar una hipótesis, realizar una predicción con base en la hipótesis, poner a prueba la predicción, repetir el proceso.
El método científico es una metodología que permite que la ciencia avance y ha sido el sustento para todos los avances que se han dado en cada uno de los campos científicos, y son hoy la base del conocimiento de la humanidad. Hoy el mundo sería un lugar completamente distinto si este método no existiera.
“Ahora, ¿Cómo afecta esto al mundo práctico de la acuicultura? De muchas maneras, pero principalmente proveyendo de herramientas para la toma correcta de decisiones.”
Muchas veces me han preguntado si cierta tecnología o producto funciona o no, y mi respuesta usualmente es la misma. ¿Ha pasado el método científico? ¿Existe alguna publicación auditada? Y debo recalcar auditada, ya que cualquiera puede publicar en una revista comercial, sin ser revisado por sus pares, pero parte del proceso científico es esta verificación, que, aunque no infalible, es un gran filtro.
Así que, la próxima vez que alguien les diga que un producto acelera el crecimiento de los camarones o evita que se enfermen las tilapias o evita la caída del cabello, la mejor herramienta para comprobarlo es que lo que les hayan recomendado, haya pasado el método científico, lo cual indicaría que es replicable y tiene una probabilidad de falla reducida.
Es por esto que sigo insistiendo, a aquellos quienes promueven alguna tecnología, que mientras esta no haya sido validada, no den hechos alternativos que pudieran direccionar incorrectamente a los productores.
“Existen sistemas que son innovadores, pero eso no garantiza que sea un sistema más rentable que otros sistemas más tradicionales, los cuales en muchas ocasiones también implican menor riesgo.”
Es cierto, la acuicultura va hacia lugares inexplorados, con tecnologías que incluso hoy no podemos imaginar, pero hoy, el sustento de muchas personas depende de ella y bajo ningún motivo podemos insistir en que los productores pongan en riesgo su patrimonio por algo que no ha pasado el método científico, no importando qué tanto creamos, o sintamos, que es lo correcto. Señores, la ciencia es la base del verdadero progreso.

Senior Fisheries and Aquaculture Advisor para AWJ Innovation, Vicepresidente del Centro Internacional de Estudioso Estratégicos para la Acuacultura (CIDEEA), Presidente de Acuacultura sin Fronteras (AwF), Expresidente de la Sociedad Mundial de Acuacultura (WAS), Exsecretario de Pesca y Acuacultura de Tamaulipas y Creador de la Certificación para Profesionales en Acuacultura (CAP) junto con la Universidad de Auburn.