Por: Amine Chaabane*
Phodé ha aprovechado su experiencia en la industria para lanzar una nueva línea de productos para acuicultura: la línea Olpheel. Especialmente formulado para camarones, Olpheel Good permite aumentar la eficiencia del consumo de alimento y reducir el estrés, arrojando resultados muy prometedores en laboratorios de Ecuador y confirmados en condiciones intensivas en laboratorios en los estados de Sonora y Sinaloa, México.
En nuestro artículo anterior, destacamos la relevancia del manejo de la fase larvaria en la producción de camarón, mencionando su impacto sobre las etapas subsecuentes, y las diversas estrategias de manejo existentes para mejorar la productividad de los laboratorios. Por lo general, esta se mide a través de indicadores como alta talla/peso de organismos y altos niveles de supervivencia, permitiendo obtener una biomasa óptima con un beneficio económico
importante para los acuicultores.
Mejorar el crecimiento
El principal enfoque para mejorar el crecimiento del camarón es su alimentación. Hoy día, los avances relacionados con la nutrición de sus larvas han permitido generar estrategias de alimentación complejas con alimento vivo o seco. En alimentación balanceada seca, se están desarrollando nuevas tecnologías de fabricación de alimentos de pequeño tamaño (por ejemplo, microextruidos), o encapsulación de ingredientes activos, mejorando significativamente la eficiencia de las estrategias de alimentación en laboratorios de larvas.

Sin embargo, optimizar el aspecto nutricional de un alimento no es suficiente para aprovechar sus beneficios. En efecto, asegurarse de que una buena cantidad de alimento sea ingerida por cada larva es imperativo. Situaciones de subalimentación pueden llevar a comportamientos de canibalismo, resultando en mutilación de individuos y mortalidad.
Por el contrario, una situación de sobrealimentación conduce, con demasiada frecuencia, a deterioro de la calidad del agua y aumento de la materia orgánica en los estanques, favoreciendo el crecimiento de microorganismos, los cuales pueden ser potencialmente patógenos.
Mejorar la supervivencia
En opinión de los productores, los patógenos son la principal causa de mortalidad. Brotes de enfermedades pueden aniquilar un ciclo entero de producción de camarón, tanto en larvas como en engorda. El camarón es un organismo invertebrado que dispone de un sistema inmunitario innato, con mecanismos automáticos de defensa en presencia de un patógeno.
Sin embargo, no dispone de un sistema inmunitario adaptativo, tal como en los vertebrados (respuesta específica a un agente externo por aprendizaje tras contacto anterior).
“En presencia de una carga bacteriana alta y cepas patógenas, el equilibrio entre presión bacteriana y defensas se rompe, desencadenando enfermedades de distintos tipos.”
Se suele olvidar que los patógenos están naturalmente presentes en el agua, y que la infección del camarón solo ocurre en estas situaciones de desequilibrio, favorecidas por mal manejo y deterioro de la calidad del agua, por ejemplo, causada por alimento no consumido en lixiviación.
Un punto clave
A pesar de todas las innovaciones vinculadas a nutrición y prevención de enfermedades, muchos laboratorios siguen con problemas de crecimiento y baja supervivencia al momento de la cosecha, reduciendo la productividad y rentabilidad de su sistema, impidiendo llegar al potencial esperado.
“Entre las causas se encuentra un aspecto subestimado del manejo, como lo es la generación de estrés. El estrés consiste en la respuesta de un organismo a un estímulo externo imprevisto, desconocido e incontrolable, para la cual va a “movilizar” su metabolismo con el fin de producir y usar energía.”
Al emplear esta energía para responder al estrés, disminuye la capacidad del camarón para atender sus otras necesidades, como homeostasis, crecimiento y funcionamiento del sistema inmune. De esta manera, los organismos más frágiles, por la falta de energía, están más expuestos a enfermedades, cansancio y, en consecuencia, mortalidad.
“Además, si el camarón no consume la cantidad suficiente de alimento, no contará con la energía requerida para enfrentar esta situación.”
Manejar ambos aspectos, consumo de alimento y estrés, es una obligación para cualquier sistema de producción que desea llegar a altos nivel de supervivencia. Estos parámetros, que al inicio parecen muy distintos, en realidad se manejan por la misma vía.

El estrés, como mensaje cerebral para generar una respuesta fisiológica, tiene la misma cadena de señalización hormonal que el mensaje del apetito. Así, a nivel cerebral, no se pueden activar o combinar estos dos mensajes simultáneamente; es decir, un camarón en un estado de estrés no genera mensajes de apetito y un organismo con apetito en un momento “x”, no se estresa de forma fácil.
Este vínculo existe, tanto en animales como en seres humanos, y a pesar de no tener un sistema cerebral desarrollado como otros animales de producción, también se aplica al camarón.
“Los Laboratorios Phodé, expertos de la olfacción en seres vivos y su efecto a nivel cerebral sobre el bienestar, han estudiado esta relación durante años para diseñar productos que actúan en ese sentido. La tecnología Phodé se ha puesto en práctica en laboratorios del Ecuador, particularmente en granjas camaroneras.”
Phodé ha aprovechado su experiencia en la industria para lanzar una nueva línea de productos para acuicultura: la línea Olpheel.
Especialmente formulado para camarones, Olpheel Good permite aumentar la eficiencia del consumo de alimento y reducir el estrés, arrojando resultados muy prometedores en laboratorios de Ecuador.
En su compromiso por la calidad de sus productos, Phodé continúa profundizando sus investigaciones dirigidas a validar el efecto del producto en condiciones más intensas, a través de la realización de varios estudios en laboratorios de México, en los estados de Sonora y Sinaloa.
Estudio en laboratorio de Sonora
El primer estudio realizado tuvo el objetivo de evaluar el efecto antiestrés del producto y su impacto sobre niveles de supervivencia larvaria. Los camarones empleados en la investigación se encontraban en estado larvario, los cuales se mantuvieron en salas de larvas y maternidades de una empresa comercial productora de larvas de camarón en Sonora, en las condiciones y el manejo de acuerdo con los protocolos comerciales de la empresa, durante los 45 días del ensayo.
Se tomaron muestras de los organismos y se analizaron para medir concentraciones de metabolitos (lactato) y parámetros productivos promedios. En cada fase, se usaron tres estanques por cada tratamiento (control negativo y tratamiento con Olpheel Good).
Al final de la fase larvaria y al final de la prueba en maternidades, se tomaron muestras de las larvas para medir el nivel promedio de lactato en cada tratamiento (Figura 1).

El lactato es uno de los indicadores más conocidos del estrés en camarón. Al final de la fase larvaria, se observó una diferencia significativa (p < 0.05) en cuanto a lactato entre los tanques control (con nivel más alto) y los tanques con Olpheel Good.
“Esta diferencia se mantuvo en el tiempo, presentando un incremento más alto del lactato en los estanques de control en maternidad, en comparación con los estanques con Olpheel Good.”
Estos resultados indicaron un efecto antiestrés continuo del producto, comprobado a nivel fisiológico. En ambas fases, larvaria y maternidad, esta reducción del estrés se tradujo en mejoras significativas (p < 0.05) en la supervivencia global de los estanques tratados con Olpheel Good (Figura 2), en comparación con los estanques de control.

En la fase larvaria, la supervivencia aumentó en 16.8 puntos, y 3.8 puntos en maternidad, lo que representó un importante beneficio económico para el productor.
Estudio en laboratorio de Sinaloa
Para corroborar esos resultados, se hizo otro estudio en un laboratorio comercial del estado de Sinaloa, en condiciones ambientales diferentes a las del estado de Sonora (mayor temperatura del agua).
Esta investigación se enfocó en la fase de maternidad. Se realizó la medición diaria del nivel de lactato en los tanques de control y los tratados con Olpheel Good. Se observó una diferencia significativa (p < 0.05) en los niveles de lactato en las postlarvas (PL), las tratadas con Olpheel Good registraron un nivel más bajo, con aumento más controlado, en comparación con los tanques de control (Figura 3), indicando que las PL con Olpheel Good estuvieron menos impactadas por el estrés durante producción.

Al final de la prueba, se midió el peso individual promedio de las PL en ambos grupos. Se evidenció un aumento significativo del peso en el grupo Olpheel Good (p < 0.05), con larvas de 26.0 mg, en contraste con 20.9 mg promedio en el control.
Esta ganancia de peso puede ser debida a un mejor consumo del alimento, tras la estimulación del apetito de Olpheel Good y reducción del estrés, permitiendo a las PL enfocarse en comer y a su metabolismo en crecer.

Conclusión
Estas dos pruebas realizadas en México arrojaron resultados consistentes y similares a los observados en laboratorios en Ecuador, confirmando la importancia del producto neurosensorial, Olpheel Good, para mejorar la productividad de laboratorios de larvas, tras estimulación del apetito de los organismos y reducción del estrés, resultando en mayores tasas de supervivencia y ganancia de peso.
Este vínculo entre apetito y estrés se aplica en todas etapas de la producción de camarón, y es esencial para optimizar su manejo productivo.

Este artículo es patrocinado por: LABORATOIRES PHODÉ
Laboratoires Phodé, France
Animal Care Customer service: customerAC@phode.com
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