Por: Alejandro Godoy*
El consumo de proteínas ha cambiado en los últimos tres años de manera disruptiva, de tal manera que los acontecimientos, como el COVID-19 y la inflación, han presionado a los consumidores a cambiar de proteína animal en sus dietas, buscando mejor opción y relación costo-beneficio.
El consumo de proteínas ha cambiado en los últimos tres años de manera disruptiva, de tal manera que los acontecimientos, como el COVID-19 y la inflación, han presionado a los consumidores a cambiar de proteína animal en sus dietas, buscando mejor opción y relación costo-beneficio.
En Estados Unidos, estos cambios de hábitos los podemos observar en la Tabla 1, comparando entre 2019 y 2023, la carne de cerdo es la proteína cuyo consumo más disminuye, en un 3%. La segunda proteína con disminución de consumo es la carne de res, con un 2%, mientras que el pollo crece un 5%. Los alimentos del mar (seafood) o pescado y marisco se presentan como la proteína con mayor crecimiento, con un 13%.
México también cambia sus hábitos en consumo de proteínas, en particular, presionado por factores inflacionarios. Como podemos observar en la Tabla 2 de consumo per cápita, expresada en kilogramos, la proteína de res obtuvo menor crecimiento con un 1%, seguido del pollo con un 6%, el cerdo con un 11% y pescado y marisco con un 12%.
Según mi experiencia, y basado en estudios del consumidor, este comportamiento de cambio de proteínas se debe principalmente al precio, cultura culinaria, tiempo de preparación, disponibilidad, y dieta saludable; cada una de las cuales describo a continuación:
Precios:
En el caso del precio podemos identificar que los pescados y mariscos, tanto en Estado Unidos como en México, no han sufrido grandes aumentos, comparados con las otras proteínas. La inflación generó nuevas estrategias para los productores, al vender porciones más pequeños o en empaques menores, para disimular el aumento en precio, así como el uso de marcas genéricas.
Cultura culinaria:
Podemos identificar que el crecimiento de los restaurantes de preparación de pescado y marisco en México, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), han aumentado un 23% entre 2019 y 2023, en comparación con los restaurantes de antojitos mexicanos 17%, restaurantes de pizzas, hotdogs y hamburguesas 20%, y restaurantes de comida corrida 11% (Tabla 3).
Disponibilidad:
Se puede identificar que es posible encontrar pescados y mariscos en diferentes presentaciones (congelado, fresco y enlatado); sin embargo, los canales comerciales para ofertar son pocos. En México existen: 70,452 carnicerías, 58,664 pollerías y solo 10,946 pescaderías (Figura 1).
Dieta saludable:
La percepción de que los alimentos del mar son ricos en omega-3, y otros beneficios alimenticios, es una gran ventaja comparado con las otras proteínas de origen animal. Las nuevas generaciones buscan y consumen más pescados y mariscos, incluso las mezclan con proteínas de origen vegetal.
Nueva competencia: las proteínas alternativas
Existe un segmento de proteínas alternativas que está creciendo y desplazando las proteínas de origen animal que, de acuerdo con Nielsen estudios, han crecido 53% en los últimos 2 años en el mercado de Estados Unidos. Específicamente, en carnes han crecido 11% generando 922 millones de dólares, con una penetración del 52% de los hogares. Esta industria ha recibido 16,000 millones de dólares desde 2017, destacando como una de las áreas más innovadoras del sector alimentos.
“En este segmento de proteínas alternativas podemos identificar leche, queso y carne base vegetal. Actualmente, el 15.5% del segmento de leche es base vegetal.”
El seafood base vegetal generó ventas de 12 millones de dólares en 2020. Existe un mercado global valuado en 42.1 millones de dólares en 2021, que crecerá a un ritmo del 42.3% llegando a 1,300 millones de dólares en 2031.
Las presentaciones varían, sobre todo hamburguesas, filetes empanizados, surimis y deditos de pescado. Los principales mercados con crecimiento de estos productos son Estados Unidos, Canadá, México, Europa y Asia; siendo las empresas líderes del segmento: New wave foods, Ocean hugger foods, Imposible foods, Tofuna fysh y Ahimsa foods.
Dentro del seafood base vegetal, existe el segmento de surimis, el cual ha crecido en los últimos años a un ritmo promedio anual de 6%, con un valor global de 11,000 millones de dólares. Estos surimis son fabricados con vegetales, como soya, almidón con carne de pescado, aceites y colorantes. Las principales empresas del segmento son: Pescamar, Viciunai group, AB Golden Seafood, TransOcean Products, Gadre Marine y Seaprimexco Vietnam.
Toda la información anterior resulta positiva para la industria acuícola y pesquera. Tenemos que adecuarnos a los nuevos cambios del mercado, ofreciendo productos más innovadores, acordes al estilo de vida del consumidor moderno y a las nuevas generaciones.
Me retiro mis estimados lectores, ya es verano y hay que buscar nuevas opciones para el asador porque la carne está muy cara.
Las referencias y fuentes consultadas por el autor en la elaboración de este artículo están disponibles bajo petición previa a nuestra redacción.
Alejandro Godoy es consultor de empresas, gobiernos, organizaciones acuícolas y pesqueras globalmente, tiene más de 14 años de experiencia en inteligencia comercial y ha desarrollado misiones comerciales a Japón, Europa y Estados Unidos.
Fue coordinador del Consejo Mexicano del Atún, Comepesca (Consejo Mexicano de Promoción de Productos Pesqueros y Acuícolas), y Consejo Mexicano del Camarón.
Actualmente es fundador de Seafood Business Solutions.
Contacto: alejandro@sbs-seafood.com