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Actualización de EHP: mitigación del impacto

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Por: Stephen Newman*

La infección por EHP es causada por un microsporidio formador de esporas, Enterocytozoon hepatopenaei. El hecho de que un patógeno como EHP esté prosperando, a pesar del papel conocido de reproductores, preparación inadecuada de los estanques, larvas infectadas y postlarvas en el proceso, no es una señal positiva a favor de la cría de camarón.

La enfermedad también se conoce como microsporidiosis hepatopancreática (HPM, por sus siglas en inglés). Las esporas son la forma como el patógeno contagia a los camarones. Cuando las esporas se ingieren, al consumir tejidos infectados (vía canibalismo) y/o heces, o indirectamente a través del agua, infectan tipos específicos de células del hepatopáncreas y el tracto intestinal, donde germinan.

Usan la maquinaria metabólica de la célula para fabricar más esporas hasta que la célula infectada se rompe, matándola y liberando muchas más esporas que se propagan por todo el organismo. Muchos microsporidios tienen hospedadores intermedios para algunas de las fases de su ciclo de vida y, se ha teorizado que, esto podría ayudar a explicar porqué los alimentos vivos pueden ser portadores de las esporas; sin embargo, nadie ha identificado aún un hospedador intermedio para este microsporidio.

Actualización de EHP: mitigación del impacto

Este patógeno obligado de Penaeus vannamei (así como de otros) sigue avanzando, a pesar de la disponibilidad de medidas de sentido común para mitigar su propagación. Su impacto es significativo y creciente. No se trata de un patógeno nuevo, fue reportado por primera vez hace casi 20 años.

Mi primer artículo sobre él fue en 2015, “Microsporidian Impacts Shrimp Production – industry efforts address control, not eradication”.

Hoy, en 2023, estamos viendo reportes, cada vez más frecuentes, con graves impactos. Se necesita una acumulación de esporas en el organismo para que los síntomas lleguen al punto en el cual el síndrome sea perceptible, y el impacto se haga obvio. Los organismos crecen lentamente, si es que lo hacen, y siguen consumiendo alimento. No crecen de manera uniforme y son más susceptibles a patógenos oportunistas (Figura 1).

El síndrome de las heces blancas se ha relacionado con la presencia de este organismo, junto con varias especies bacterianas, entre ellas, Propigenium y algunos vibrios.

Actualización de EHP: mitigación del impacto

Parece existir una relación entre las densidades de cría y la gravedad de la enfermedad; en general, con paradigmas de producción de baja densidad se experimentan menos problemas. Los sistemas de mayor densidad tienen mayores problemas, siendo lógico que en entornos donde los camarones están muy juntos, haya más posibilidades de que las esporas pasen de un organismo a otro.

Si no se toman medidas preventivas para limitar la cantidad de lodo que se acumula en los estanques, embalses y otras áreas relacionadas con la producción, las cargas de esporas pueden llegar al punto en el cual el EHP crónico afecte, incluso, a los paradigmas de producción de baja densidad.

Los camarones deben ser portadores de un alto nivel de esporas antes de verse afectados. La consecuencia es un crecimiento lento y un consumo excesivo de alimento. Aunque ciertos fármacos funcionan para suprimir algunos tipos de microsporidios, el EHP es resistente a ellos (como la mayoría de los microsporidios).

“La única forma de controlar este patógeno es eliminarlo y controlar sus niveles mediante medidas de bioseguridad de sentido común.”

Algunas de ellas se detallan en la Tabla 1.

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Utilice nuestra mezcla patentada de bacterias, en tabletas para facilitar su uso, PRO 4000X, para reducir la materia orgánica acumulada durante el ciclo. Clientes de todo el mundo están empleando este enfoque específico para tal fin.

Por ahora, el único camino para minimizar su impacto es hacer todo cuanto pueda para reducir las cargas de esporas. La selección genética podría darnos camarones poco sensibles a la infección por esporas o hasta resistentes, pudiendo resultar fácil o imposible… Solo el tiempo lo dirá. No hay fármacos capaces de liberar al organismo de las grandes cargas de esporas que pueden acumularse. No hay soluciones rápidas que puedan ser aprobadas en los países compradores.

“En la actualidad, la única manera de hacer frente a esta situación es retrasarlo todo lo posible, es decir, controlar los niveles de esporas en todas las fases del proceso y tomar las medidas necesarias para asegurarse de ello.”

En las últimas tres décadas, la propagación de patógenos, a través de las postlarvas (PL), en las granjas ha costado decenas de miles de millones de dólares a la industria camaronera. Para que la cría de camarón sea sostenible, es necesario romper este ciclo. Se está avanzando, pero queda trabajo por hacer. Una mayor supervisión de la producción de reproductores en muchos países sería un buen comienzo.

Actualización de EHP: mitigación del impacto

La detección de patógenos debe ser exhaustiva, no centrar se en lo que los reguladores han determinado como preocupante, ya que, de este modo, se pasa por alto muchos patógenos. La presencia o ausencia de un patógeno en reproductores cautivos, mantenidos en un entorno bioseguro, no debe basarse en un muestreo de población. Debe analizarse cada reproductor de manera individual.

Hoy en día, existe la tecnología para hacerlo de forma económica (https://genics.com.au/), aunque duplicará el precio de la mayoría de los reproductores comerciales.

Dadas las pérdidas y el papel que desempeñan los reproductores criados en estanques en el aumento continuo de la incidencia y la gravedad de esta enfermedad, es fácil justificarlo económicamente. Una vez más, este es el único camino que conducirá al cese de este ciclo interminable de enfermedades que limitan los beneficios y han afectado la cría de camarón desde sus inicios.

El hecho de que un patógeno como EHP esté prosperando, a pesar del papel conocido de reproductores, preparación inadecuada de los estanques, larvas infectadas y PL en el proceso, no es una señal positiva a favor de la cría de camarón. El sector está mal regulado y, lo más probable es que, persisten enfoques dogmáticos que prestan más atención a los mitos que a la ciencia de lo que está ocurriendo, incluso con una mayor supervisión.

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Se puede hacer frente al EHP. Hasta que no haya organismos realmente resistentes (suponiendo que esto sea posible), esta enfermedad está aquí para quedarse. Incluso en países donde parece haber poco impacto en este momento, ignorar las medidas de sentido común para mantener baja la carga de esporas, podría eventualmente resultar en que la enfermedad se vuelva problemática.

Para empezar, hay dos formas de asegurarse de que los reproductores estén libres de esporas de EHP. Se trata del cribado y el seguimiento del comportamiento de los camarones en el campo, es decir, de su historial. El cribado es esencial. La RT PCR es una herramienta poderosa, pero tiene serias limitaciones, al igual que todas las pruebas de PCR basadas en la población. Los marcadores deben ser específicos o habrá falsos positivos.

Los tejidos muestreados deben contener el organismo de interés. Una muestra demasiado pequeña o un tejido que no esté infectado en una fase temprana del proceso de la enfermedad pueden dar lugar a falsos negativos.

Incluso, si estos no fueran problema, el uso de la PCR en pruebas de cribado poblacional es un ejercicio estadístico. Se toma una muestra de organismos y se analizan. La mayoría de los camarones de la población no son analizados. Con este enfoque, nunca se puede estar seguro al 100% de que el EHP no esté presente en algún nivel. En el caso de las poblaciones de peces, esto es comprensible. En el caso de los reproductores, no tanto.

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Es esencial hacer un seguimiento de las larvas y los reproductores de cada desove. Si dan positivo en la PCR, tal y como determinan las pruebas rutinarias, deben ser destruidas y considerarse la presencia del patógeno en los reproductores.

Si están “limpios”, el rendimiento en la granja proporcionará pistas adicionales. Si se trata de un problema grave, la precocidad con que se produzca dará alguna señal sobre la carga de esporas. Poco después de la repoblación, sugiere que la carga de esporas es alta al principio.

Una cría adecuada de los organismos es esencial para la sostenibilidad. Si las prácticas anteriores fueran rutinarias, el impacto del síndrome de la mancha blanca (WSSV, por sus siglas en inglés) y de muchas otras enfermedades se atenuaría de manera considerable.

Quizá el mensaje más importante que debemos llevarnos a casa es que, al ignorar estas prácticas, tomar atajos, esperar que desaparezcan o buscar de manera desesperada soluciones mágicas, la industria está garantizando que los problemas de enfermedades sean una constante en la cría de camarón y, de ser así, nunca será realmente sostenible.

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Las referencias y fuentes consultadas por el autor en la elaboración de este artículo están disponibles bajo petición previa a nuestra redacción.
Stephen Newman es doctor en Microbiología Marina con más de 30 años de experiencia.
Es experto en calidad del agua, salud animal, bioseguridad y sostenibilidad con especial enfoque en camarón, salmónidos y otras especies.
Actualmente es CEO de Aqua In Tech y consultor para Gerson Lehrman Group, Zintro y Coleman Research Group.
Contacto: sgnewm@aqua-in-tech.com
www.aqua-in-tech.com
www.bioremediationaquaculture.com
www.sustainablegreenaquaculture.com

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