Por: Redacción de PAM*
La cobia (Rachycentron canadum) es una especie acuícola prometedora, que prospera en aguas subtropicales y tropicales con un rápido potencial de crecimiento de hasta 6 kg en un año. A pesar de sus ventajas, la industria se enfrenta a retos como el suministro irregular de alevines, las bajas tasas de supervivencia larvaria y los brotes de enfermedades, además de las dificultades para integrar proteínas vegetales alternativas. Esta revisión examina los aspectos clave de su cultivo y propone soluciones para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad de su viabilidad comercial.
La cobia (Rachycentron canadum) es una especie prometedora para la acuicultura que se encuentran en aguas subtropicales y tropicales, pero que se capturan principalmente mediante pesca recreativa, con importantes desembarcos en países como Pakistán, Irán, Malasia y Brasil. Aunque se desconocen los hábitos alimentarios de los juveniles de cobia, se cree que consumen copépodos. Esta especie presenta características favorables para la maricultura, como crecimiento rápido (de hasta 6 kg en un año), alta fecundidad y favorable factor de conversión alimenticia (FCR, por sus siglas en inglés).
Los primeros intentos de cultivo mostraron resultados positivos, lo que llevó a una expansión de la acuicultura de cobia entre 1995 y 2012 (Figura 1). Sin embargo, desde entonces la producción ha fluctuado, con problemas como producción irregular de alevines, tasas de supervivencia de larvas, mortalidad estacional y brotes de enfermedades que dificultan el crecimiento.
Además, la adopción de proteínas vegetales alternativas en la dieta de los adultos plantea otros retos. En este artículo se abordan estos problemas y se proponen soluciones para mejorar el rendimiento de la acuicultura de cobia con vistas a su viabilidad comercial.
Selección y mejora de reproductores
Los reproductores de cobia para acuicultura se han obtenido tradicionalmente de poblaciones salvajes, por lo que es esencial evaluar las tasas de crecimiento natural para una selección eficaz. Las tasas de crecimiento varían geográficamente, lo que influye en la proporción de sexos y la maduración, que son fundamentales para optimizar la producción de huevos fecundados (Tabla 1).
Por ejemplo, las tasas de crecimiento (K) difieren, con valores tan bajos como 0.37 en Carolina del Norte y 0.63 en Australia. Los estudios genéticos han identificado diferencias entre poblaciones, como las del norte del Golfo de México y Taiwán, lo que subraya la importancia de una cuidadosa transferencia de reproductores. Las poblaciones de cobia en regiones como el Golfo de Tailandia muestran homogeneidad, atribuida a la mezcla y la migración, lo que sugiere que las estrategias de gestión regional son vitales.
Aunque la genética puede mejorar los reproductores mediante la selección de rasgos -como el crecimiento, la resistencia a enfermedades y la tolerancia al frío-, estos métodos siguen infrautilizados en la acuicultura de cobia. Las enseñanzas extraídas de la cría de la tilapia del Nilo demuestran el potencial de mejora significativa del crecimiento mediante la cría selectiva y el análisis genético.
El futuro desarrollo de reproductores podría beneficiarse de la selección de rasgos como la tolerancia al frío, sobre todo porque las bajas temperaturas dificultan el crecimiento de la cobia. La utilización de marcadores genéticos ligados a rasgos deseables podría mejorar la adaptación y el rendimiento en acuicultura.
Producción de cobia
La cobia presenta un desove por lotes prolongado, con temporadas altas que varían según el lugar. Los informes indican intervalos de desove de 5 a 12 días, influidos por factores como la temperatura y la productividad del hábitat. Comprender estas condiciones puede mejorar la optimización del desove en cautiverio. Se han explorado métodos de desove inducido, con resultados prometedores.
Por ejemplo, el uso de fotoperíodos de 13:11 o 14:10 y el mantenimiento de temperaturas entre 24.5 y 28.5°C condujeron a una importante actividad de desove, con tasas de eclosión que alcanzaron el 83%. En los sistemas de acuicultura de recirculación (RAS, por sus siglas en inglés) se consiguió un desove continuo de hasta nueve meses a temperaturas de 20 a 26°C. Además, la manipulación ambiental ha permitido el desove natural durante todo el año.
La inducción hormonal con gonadotropina coriónica humana (hCG) ha sido eficaz, produciendo más de 2 millones de huevos por hembra con altas tasas de fecundación. Las investigaciones indican que el desove se produce aproximadamente entre 39 y 42 horas después de la administración de la hormona. También se ha utilizado con éxito la hormona luteinizante (LH-RHa), que produce una fecundidad comparable a la de los métodos naturales.
La optimización de las dosis hormonales es esencial para maximizar las tasas de eclosión. La combinación de métodos hormonales y ambientales puede facilitar una producción constante de semillas, crucial para establecer criaderos y garantizar el suministro de alevines de cobia durante todo el año.
Cría y medio ambiente
La cobia puede criarse en diversos sistemas, como estanques, jaulas en alta mar, raceways y RAS, lo que ofrece flexibilidad a los acuicultores. En Taiwán, China y Vietnam predomina el cultivo en jaulas, donde factores ambientales como la temperatura y la salinidad fluctúan con las estaciones y el clima. Sin embargo, la cobia es susceptible de mortalidad masiva cuando las temperaturas descienden por debajo de los 16°C en invierno, lo que supone un reto importante para la producción.
El desarrollo de una cepa que tolere el frío y la utilización de entornos controlados, como el RAS, son cruciales para superar este problema. La investigación indica que el RAS es adecuado para la cobia, con resultados que muestran una correlación negativa entre la densidad de población y el crecimiento larvario. Las densidades más bajas dieron lugar a tasas de supervivencia más elevadas, lo que subraya la importancia de unas condiciones de cría óptimas para una producción rentable.
Un estudio descubrió que la cobia podía prosperar en RAS de hasta 2 kg de peso corporal a densidades de ≤ 30 kg/m³, logrando tasas de supervivencia superiores al 96% y eficiencias de conversión de alimentos favorables del 65% al 85.7%. La implementación de RAS puede mitigar los desafíos asociados con el cultivo en mar abierto, especialmente en regiones con estrictas regulaciones ambientales.
Nutrición
La cobia es un carnívoro oportunista que consume una dieta variada en su hábitat natural, que incluye peces, crustáceos y moluscos. Sin embargo, en la actualidad no existe ningún alimento comercial adaptado a la cobia. Los estudios han demostrado que la composición de la dieta afecta significativamente al éxito del desove, con una necesidad de niveles más altos de ácidos grasos poliinsaturados n-3 (PUFA) y niveles controlados de ácido araquidónico (ARA) para optimizar la calidad de los huevos.
Para la cría larvaria, las larvas de cobia se alimentan inicialmente de rotíferos antes de pasar a Artemia, y las investigaciones indican que los copépodos pueden mejorar el crecimiento debido a sus mayores concentraciones de ácidos grasos beneficiosos.
Cuando la cobia alcanza la fase juvenil, aumentan sus necesidades de proteínas, con niveles óptimos en torno al 45%. Los alimentos tradicionales suelen usar harina de pescado como principal fuente de proteínas, pero se están estudiando alternativas debido al aumento de los costos y a la preocupación por la sostenibilidad.
Los estudios indican que la cobia puede utilizar diversas fuentes de proteínas vegetales y animales sin que ello afecte negativamente a su crecimiento, siendo necesarios aminoácidos específicos como la taurina para un rendimiento óptimo.
Los sustitutos, como la harina de subproductos avícolas, también han mostrado potencial para una sustitución de hasta el 60% sin efectos adversos. En general, la optimización de la nutrición mediante alimentos adaptados y fuentes alternativas de proteínas es vital para una acuicultura sostenible de la cobia.
Los estudios indican que la cobia puede utilizar diversas fuentes de proteínas vegetales y animales sin que ello afecte negativamente a su crecimiento, siendo necesarios aminoácidos específicos como la taurina para un rendimiento óptimo. Uso de alimentos en condiciones de baja salinidad
El cultivo de cobia se ha llevado a cabo con éxito en estanques que utilizan agua de mar, pero las investigaciones muestran respuestas variables a niveles bajos de salinidad. Atwood et al. descubrieron que los juveniles de cobia experimentaban altas tasas de mortalidad a medida que la salinidad disminuía a 2 g/L, mientras que Denson et al. informaron de tasas de crecimiento significativamente reducidas a 15 ppt y de una salud deficiente a 5 ppt.
Por el contrario, Resley et al. observaron que las cobias en 5 ppt mostraban un crecimiento comparable o superior al de las que se encontraban en salinidades más altas, probablemente debido a una dieta rica en proteínas (53% de proteína bruta) administrada hasta la saciedad.
Esto sugiere que la composición nutricional y los regímenes de alimentación desempeñan papeles críticos en la adaptabilidad de la cobia a la baja salinidad. Holt et al. indicaron que la cobia podía criarse con éxito a salinidades tan bajas como 15 g/L con alimentos suplementarios adecuados.
Comprender la composición óptima de la dieta y la intensidad de la alimentación a bajas salinidades será crucial para el futuro del cultivo de la cobia en estanques, que también puede beneficiarse de las fuentes naturales de alimento disponibles en el medio ambiente.
Conclusión
A medida que la cría de cobia se desarrolla en todo el mundo a través de la maricultura y otras tecnologías, es necesario superar los diversos cuellos de botella de la acuicultura de cobia. El uso de marcadores genéticos para la selección de rasgos como la resistencia a enfermedades, la capacidad de supervivencia y la eficiencia en la utilización de alimentos serán intervenciones esenciales para la mejora del cultivo de la cobia.
La capacidad de emplear una amplia gama de proteínas vegetales y animales como alimento demostrada por la cobia genera expectativas interesantes acerca de un prometedor futuro. De ahí que se recomiende optimizar su inclusión con el suplemento de aminoácidos necesario para una producción rentable.
Un mayor conocimiento de la dieta de las larvas, especialmente de las necesidades de ácidos grasos, puede utilizarse para complementar el alimento vital de modo que alcance el nivel óptimo requerido por las larvas de cobia. Para la sostenibilidad de la industria acuícola de la cobia, son cruciales las mejoras en la gestión de las estrategias de alimentación y una comprensión detallada de la base fisiológica del uso de los alimentos en un entorno de baja salinidad.
La versión informativa del artículo original está patrocinada por: North American Renderers Association (NARA)
Esta es una versión resumida desarrollada por el equipo editorial de Panorama Acuícola Magazine del artículo “ENHANCEMENT OF AQUACULTURE PERFORMANCE OF COBIA, RACHYCENTRON CANADUM (LINNAEUS 1766): A REVIEW” desarrollado por: Babatunde Taofi k Ademola – Department of Biology, Umaru Musa Ya’radua University, Nigeria. La versión original, incluyendo tablas y figuras, fue publicada en MARZO, 2024 por INTERNATIONAL JOURNAL OF AQUACULTURE AND FISHERIES SCIENCIES. Se puede acceder a la versión completa a través de: https://dx.doi.org/10.17352/2455-8400.000090