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Depredación y tecnología simbiótica

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Por: David Celdrán*

La acuicultura enfrenta múltiples desafíos, entre ellos la depredación de larvas y alevines en estanques de producción de tilapia (Oreochromis niloticus) y camarones (Litopenaeus vannamei). Esta depredación puede afectar significativamente la productividad, incrementar los costos y reducir la rentabilidad de las explotaciones, tanto industriales como de pequeña escala. Este artículo aborda cómo la tecnología simbiótica puede ofrecer una herramienta eficaz de mitigación, mejorando la supervivencia de los animales cultivados y la rentabilidad de las empresas.

Retos y problemas de la depredación en estanques de peces y camarones

La depredación constituye una de las causas más relevantes de mortalidad en las fases iniciales del cultivo acuícola. En estanques de camarón semiintensivos en México se ha observado que aves zancudas pueden depredar más del 40% de la biomasa inicial lo que evidencia el impacto potencial de estas especies en sistemas abiertos.

Aunque los datos publicados sobre pérdidas específicas por depredación de larvas de camarón o alevines de tilapia en Latinoamérica son escasos, se estima que las pérdidas totales por depredadores visuales (aves, reptiles, mamíferos y odonatos) pueden representar entre el 10% y el 30% de la producción en estanques mal protegidos.

Especies de aves que depredan en estanques acuícolas

En Latinoamérica, las aves zancudas y limícolas son las más comunes en estanques de acuicultura. En regiones costeras se han identificado grandes concentraciones de especies como el playerito occidental (Calidris mauri), el pigüilo (Tringa semipalmata), la becasa de mar (Limosa fedoa), el cigueñuelo cuellinegro (Himantopus mexicanus) y la avoceta americana (Recurvirostra americana). También son frecuentes los cormoranes (Phalacrocorax brasilianus), garzas blancas (Egretta alba), garzas morenas (Ardea herodias), ibis blancos (Eudocimus albus) y gaviotas (Larus spp).

Estas aves utilizan los estanques de camarón y peces como zonas de alimentación, aprovechando los niveles bajos de agua y la alta concentración de presas. Además, el problema no desaparece al caer la noche. Existen especies nocturnas o crepusculares como el martinete coronado (Nycticorax nycticorax) o el búho pescador (Ketupa spp) que depredan activamente en la oscuridad. Además, se ha comprobado que muchas aves acuáticas realizan actividades de forrajeo nocturno, lo que amplía las horas de riesgo para los estanques.

Otros depredadores: larvas de Odonata, mamíferos y reptiles

Larvas de Odonata (libélulas y caballitos del diablo)

Las larvas de insectos del orden Odonata (libélulas) son depredadores muy eficaces. Experimentos con tilapia han demostrado que las larvas de los géneros Miathyria y Erythemis pueden consumir hasta 30 alevines de peces en un solo día. En sistemas mal manejados, las poblaciones de Odonata pueden ocasionar pérdidas de hasta el 20% de los alevines sembrados. Estas larvas atacan alevines por emboscada, clavando su aparato bucal extensible en las víctimas y generando mortalidades silenciosas difíciles de cuantificar.

Mamíferos y reptiles

En estanques de zonas tropicales son comunes los ataques de mamíferos como ratas, nutrias, hurones o mapaches, que pueden consumir peces juveniles durante la noche. Los reptiles, particularmente caimanes, cocodrilos y grandes lagartos, también acceden a los estanques en busca de alimento, dañando las estructuras y generando pérdidas económicas adicionales. En algunos estudios de percepción de productores, más del 60% de los acuicultores reportan ataques frecuentes por fauna silvestre, considerando a estos predadores una de las causas más importantes de reducción de población en estanques.

Mecanismo de actuación de la tecnología simbiótica frente a la depredación

La tecnología simbiótica es un sistema de cultivo que integra de manera natural a los microorganismos con los animales de cultivo (peces o camarones) y el ambiente acuático. Lo hace en un equilibrio ecológico que favorece la salud del ecosistema y la productividad. A diferencia de los sistemas tradicionales de agua clara, los sistemas simbióticos mantienen una turbidez biológica controlada, derivada de microorganismos beneficiosos y materia orgánica fermentada, que reduce la transparencia del agua y mejora su calidad bioquímica.

La tecnología simbiótica reduce el impacto de la depredación mediante varios mecanismos complementarios:

  • Opacidad del agua: la menor transparencia dificulta la detección visual de las presas por parte de aves y otros depredadores visuales.
  • Mayor vigor del cultivo: peces y camarones simbióticos son más activos y presentan mejor condición fisiológica, por lo que escapan con mayor facilidad.
  • Mayor densidad biológica: la presencia de fitoplancton, bacterias simbióticas y microfauna genera un entorno con múltiples refugios naturales.
  • Reducción del estrés: los animales en equilibrio simbiótico muestran menor conducta errática y no se concentran en la superficie, reduciendo su exposición.
  • Dificultad para depredadores nocturnos: la opacidad del agua combinada con la ausencia de iluminación favorece la ocultación nocturna.

Estimaciones de biomasa salvada por la tecnología simbiótica

Aunque la literatura científica sobre la tecnología simbiótica aplicada directamente a la depredación aún es limitada, la experiencia en campo y la extrapolación de estudios de visibilidad sugieren que la reducción del riesgo puede ser significativa.

Si un estanque tradicional pierde en promedio un 25% de su biomasa por depredadores, un sistema simbiótico podría reducir estas pérdidas entre un 30% y un 60%. Es decir, la mortalidad pasaría de 25% a valores cercanos al 10–15%. En términos de biomasa, esto equivale a salvar entre 10% y 15% del total sembrado. En lotes de producción de 10 toneladas, esa diferencia puede representar más de una tonelada adicional cosechada, lo que impacta de manera directa la rentabilidad del ciclo.

Impacto económico y operativo

Las pérdidas por depredación no solo implican menor cosecha, sino también desperdicio de alimento, tiempo y energía invertida en animales que no llegan al mercado. Reducir este tipo de mortalidad mediante la tecnología simbiótica ofrece beneficios claros:

  • Aumento del rendimiento neto: mayor cantidad de individuos que alcanzan peso comercial.
  • Disminución de costos indirectos: menor necesidad de redes antipájaros, dispositivos de disuasión o vigilancia permanente. Aunque se ha visto que el uso de mallas tiene un impacto muy positivo para contener este problema.
  • Mejor aprovechamiento del alimento: menos biomasa perdida implica mejor conversión alimenticia global.
  • Mayor estabilidad del sistema: al mantener la calidad del agua y el equilibrio ecológico, se evitan picos de estrés o mortalidad súbita.

Su efecto económico puede ser notable. En una granja con un costo operativo de USD 100,000 por lote, una reducción del 10% de pérdidas por depredación equivale a conservar USD 10,000 adicionales en biomasa viva. Además, se optimiza la sostenibilidad al reducir la necesidad de control externo sobre la fauna silvestre.

Conclusión

La depredación por aves diurnas y nocturnas, larvas de Odonata, mamíferos y reptiles representa uno de los problemas más subestimados en la acuicultura de tilapia y camarón en Latinoamérica. Las pérdidas pueden alcanzar porcentajes significativos de la biomasa inicial, afectando directamente la rentabilidad y sostenibilidad de los proyectos.

La tecnología simbiótica surge como una solución natural y eficaz: al aumentar la opacidad del agua, fortalecer la salud de los animales y crear un entorno ecológicamente equilibrado, reduce drásticamente la visibilidad y la vulnerabilidad del cultivo frente a los depredadores.

En términos productivos, se estima que puede salvar entre un 5% y un 15% de la biomasa total, mejorando el margen económico y reduciendo la necesidad de control físico o químico de fauna silvestre.

Implementar este enfoque no solo protege la producción, sino que refuerza la visión de una acuicultura más sostenible, simbiótica y resiliente ante los retos naturales. Para conocer más sobre ella puede visitar la web: www.bioaquafloc.com.

* David Celdrán es doctor en Ecología Marina, máster en Acuicultura y licenciado en Ciencias Ambientales por la Universidad de Murcia. Colaborador de investigación en laboratorios en Francia, Corea del Sur, Australia y México. Fue investigador nacional SNI1 en México. Consultor de Conservation International Foundation en Costa Rica, OIRSA, Comités de Sanidad Acuícola en México y de Programas del Banco Mundial en Perú. Revisor de la Revista Ciencia y Agricultura. Tutor académico de tesis de doctorado en tecnologías simbióticas.  Fundador  y  CEO  de  Bioaquafloc  LLC  y  de  la  web  de  acuicultura simbiótica www.bioaquafloc.com

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