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Diagnóstico de la piscicultura marina en Baja California Sur, México

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Por: Víctor Laurencez-Reyes, José A. Estrada-Godinez, Marisela Aguilar-Juárez, Ma. del Rosario Pacheco-Marges, Deneb Maldonado-García, Minerva C. Maldonado-García, Juan C. Lapuente-Landero*

La piscicultura marina de Baja California Sur (B.C.S.) se desarrolla gracias a que la entidad cuenta con una ubicación geográfica privilegiada, una gran riqueza y diversidad de recursos naturales; de allí la importancia de conocer acerca de la vigencia de los Permisos de Acuacultura de Fomento y Concesiones de Acuacultura Comercial en el Estado de B.C.S., con la finalidad de profundizar en los aspectos más relevantes relacionados con el desarrollo, la evolución y el impacto del cultivo de peces.

Introducción

De acuerdo con el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), titulado “Agricultura mundial: hacia los años 2015/30”, enfrentamos una desnutrición crónica que afecta a más de 800 millones de personas: el 17% de la población de países en desarrollo. El objetivo de este informe sobre la alimentación,
de reducir a la mitad el número de personas desnutridas, es altamente improbable que se alcance en 2030 (FAO, 2002).

La producción acuícola en el continente americano fue de 3,799 toneladas, de las cuales 1,059 toneladas de peces de aleta provinieron de la acuicultura marina y costera (FAO, 2020). En el año 2020, la  producción  total  de  la  pesca  y la acuicultura fue de 214 millones de toneladas a nivel mundial, 90.3 millones de  toneladas  provinieron de las  pesquerías  (una  reducción del 4.4 % del volumen total de la pesca), y 122.6 millones de toneladas de la acuicultura (FAO, 2022). La población global está en constante crecimiento y, con ello, la demanda de alimentos.

En 2017, el pescado representó alrededor del 17% de la proteína de origen animal y el 7% de todas las proteínas consumidas en el mundo (CONAPESCA,  2017).  De  1961 a 2017, la tasa media de crecimiento anual  del  consumo   de   pescado fue de un 3.1%, superando la tasa media de crecimiento anual de la población,  además   del   consumo de otras proteínas de  origen  animal, excepto la carne de aves de corral, la cual presenta una tasa de crecimiento anual del 4.7% (FAO, 2020). CONAPESCA (2018) reportó 10.7 toneladas de  atún  de  cultivo, la mayor parte de la piscicultura marina que se desarrolla en México a escala comercial.

La piscicultura marina de Baja California Sur (B.C.S.) se desarrolla debido a que la entidad posee una ubicación geográfica privilegiada, una gran riqueza y diversidad de recursos naturales.

Dado lo  anterior, es importante  conocer  acerca de la vigencia de los Permisos de Acuacultura de Fomento   (P.A.F.) y Concesiones de Acuacultura Comercial (C.A.C.), con la finalidad de profundizar en los aspectos más relevantes relacionados con el desarrollo, la evolución y el impacto de esta actividad, en virtud de que el cultivo de peces marinos contribuye a la seguridad alimentaria de la región y del país, así como a la generación de divisas,  el  desarrollo regional, la creación de nuevas fuentes de empleo y,  con  esto, puede contribuir de manera significativa a reducir la presión sobre varios recursos pesqueros de gran importancia comercial.

El territorio de Baja California Sur tiene 73,909.4 km2 que representa el 3.8 % de la superficie del país (INEGI, 2021). Las principales zonas agrícolas se ubican en los Valles de Santo Domingo en el Municipio de Comondú, de Vizcaíno en el municipio de Mulegé, El Carrizal, Los Planes y Todos Santos en el Municipio de La Paz y San José del Cabo en el Municipio de Los Cabos.

La actividad agrícola dispone de un potencial de superficie regable de hasta 61,725 hectáreas; sin embargo, en base al volumen de agua concesionado, solo es factible sembrar en promedio 36,000 hectáreas por año (COPLADEBCS, 2017), por lo que se advierte que esta actividad no genera aparentemente impacto negativo en la entidad.

Debido al escenario anterior, la formulación de proyectos productivos en el ámbito de la piscicultura marina  es  estratégica,  por  lo  que la correcta selección  de  especies con potencial acuícola, tomando en cuenta los criterios sugeridos por Polanco et al. (2000) así como de Álvarez-Lajonchere e Ibarra-Castro (2013), sugieren considerar criterios biológicos, tecnológicos y económicos, de tal forma que estos tres temas puedan engranarse con la secuencia adecuada y así generar paquetes biotecnológicos, importantes para la consolidación de modelos acuícolas.

En 1976, con la Secretaría de Pesca, inició  en  México  el  cultivo de peces marinos en B.C.S., concretamente  en  el  estero  de Santo   Domingo   (Avilés-Quevedo y Mazón-Suastegui, 1996), investigando con el pámpano (Trachinotus parientesis). En 1990, el Instituto Mexicano de Investigación en Pesca y Acuacultura Sustentables (IMIPAS) desarrolló trabajos a nivel experimental en su planta piloto del Centro Regional de Investigación Pesquera La Paz, B.C.S. (CRIP-La Paz), seguido de varias instituciones de la entidad.

A fines de la década de los noventas e inicios del 2000,  el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR) comenzó trabajos de investigación  en  esta área con algunas especies de peces marinos, logrando avances técnico- científicos en el ámbito de la reproducción  en  cautiverio  con  jurel, pez fuerte, Seriola rivoliana, pargo rojo del Pacífico o huachinango, Lutjanus peru y robalo blanco del Pacífico (Centropomus viridis), empezando el desarrollo  industrial de esta  actividad. 

En este estudio se identifica el interés del sector productivo, tanto social como privado, por incursionar en el cultivo de peces marinos en las costas del Pacífico mexicano, siendo predominante B.C.S. (Álvarez-Lajonchere et al., 2006).

La acuicultura en esta zona presenta una tendencia hacia el crecimiento, lo cual  no  se  refleja  de la misma manera respecto a las pesquerías. Aun así, es una de las entidades más destacadas por su abundancia y variedad en productos pesqueros, considerando los estragos que empiezan  a  percibirse  en las  poblaciones silvestres,  debido al excesivo esfuerzo pesquero, el calentamiento global, el aumento de gases de efecto invernadero en la atmósfera, el alto contenido de carbono inorgánico disuelto en el agua superficial, que trae consigo una disminución  en  el  pH,  generando la acidificación en el océano, por lo que se  complica  la  disponibilidad de carbonatos para la formación de las carcasas de calcio en el caso de los moluscos, pero también el pH al regular procesos biológicos y químicos, combinado con el aumento de temperatura, derivando en la eutrofización que −por consecuencia− presenta la desoxigenación, también causada por la combinación de los eventos antes mencionados, entre otros, por Chapa-Balcorta et al. (2016).

Debido al nivel  de  desarrollo que ha alcanzado la piscicultura marina en B.C.S., se hace indispensable  contar  con  información  real y reciente sobre las operaciones comerciales; por lo que el objetivo de este artículo es conocer el comportamiento de la actividad, la expedición de Permisos de Acuacultura de Fomento (P.A.F.) y Concesiones de Acuacultura Comercial (C.A.C.) en el contexto de la piscicultura marina en Baja California Sur.

Material y métodos

Como parte de un proyecto del Programa Operativo Anual  (POA) de 2017, dirigido y financiado por la Dirección General de Investigación en Acuacultura (DGAIA) del IMIPAS, se realizaron visitas en las unidades de producción acuícola (UPA) de peces marinos del Estado de Baja California Sur en 2017. También, se visitó un laboratorio de producción de crías de peces marinos en Baja California, ya que, es el  proveedor de los sistemas de engorda en B.C.S. en una misma empresa (Figura 1).

Se contó con el apoyo en el análisis de información por la Coordinación del Programa de Acuicultura del CIBNOR, referente al tema  de  competencias  laborales. Se realizaron visitas de orden técnico in situ con el objetivo de caracterizar las UPA. Con el apoyo de la DGAIA-IMIPAS, se revisó la información de datos en fuentes oficiales (SOAP, 2021) y Acuasesor (2021) referente a los permisos y concesiones otorgados desde que iniciaron  estos  instrumentos,   con la finalidad de conocer a través del tiempo, partiendo del inicio de la actividad en comento, el estado que guarda la operación de las UPA de la piscicultura marina en el Estado de Baja California Sur.

Resultados

En el año 2000, se expidieron los primeros P.A.F., que estarán vigentes hasta  este  año  2024, para  jurel y corvina; sin embargo, esta última especie no se está cultivando en la entidad. Para el caso de las C.A.C. se cuenta con registros desde 1994, resaltando de alguna forma la preferencia por los tunidos y los jureles. Son pocos los P.A.F. y C.A.C. vigentes. Estos permisos como concesiones tienen un tiempo  de  vigencia que deriva del marco legal, el cual es   precisamente   para    demostrar la viabilidad técnica y financiera (Figura 2).

Las especies de peces marinos que se cultivan actualmente en B.C.S. son jurel de Castilla (Seriola lalandi),   esmedregal   (Seriola   rivoliana), totoaba (Totoaba macdonaldi), y pargo rojo del Pacífico (Lutjanus peru), identificadas como las  que  reúnen  atributos   acuícolas  para  desarrollar  la  tecnología de su cultivo. Por ejemplo, en  el caso del jurel (Seriola lalandi), también llamado Hiramasa, Kingfish o Amberjack, las principales características para desarrollar su cultivo fueron las siguientes:

✓ Cuenta con mercado.

✓ Existe tecnología probada en otros países.

✓ Afinidad al país y a la región.

✓ Factibilidad para ser llevado a escala comercial.

El análisis del trabajo realizado permitió identificar algunas necesidades periféricas para las UPA, observándose  que  son  específicas de las actividades que desarrollan, algunas de las cuales coinciden. A continuación, se enlistan las necesidades de esta industria:

✓ Transporte de  peces  por  mar y tierra: para reproductores y juveniles.

✓ Mantenimiento de reproductores.

✓ Producción de alimento vivo.

✓ Desarrollar microdietas nacionales (de calidad).

✓ Desarrollar línea de investigación para patógenos y su tratamiento (veterinarios en peces marinos).

✓ Abastecimiento de alimento fresco congelado de buena calidad para los reproductores.

✓ Investigación y producción de alimento peletizado nacional para peces marinos.

✓ Mayor investigación en enfermedades propias de la especie, y servicios veterinarios, laboratorios  de   análisis   genéticos y bacteriológicos, con equipo necesario para los estudios a nivel nacional.

✓ Barcazas más grandes para maniobras de  cambio  de  redes y movimiento de jaulas.

✓ Oxígeno disuelto.

✓ Proceso del producto.

✓ Servicios veterinarios.

✓ Listado de profesionales especializados en piscicultura marina.

En referencia al tema de establecer esquema de certificación de competencias laborales para granja, laboratorio u otro (UPA), y base de datos con profesionales en acuicultura, es oportuno señalar que relativamente hace poco tiempo, ha comenzado la formación de profesionales especializados en cultivo de peces marinos en el estado.

La Universidad Autónoma de Baja California Sur inició  con una carrera sobre Bioingeniería en Acuicultura, la cual estará generando los primeros egresados. Es conveniente contar con un catálogo de productos ofrecidos por las instituciones, de acuerdo a las necesidades de la industria, el cual es una tarea aún pendiente.

CIBNOR, mediante un proyecto de investigación de cuatro años que ha desarrollado desde el año 2000, logró obtener reproductores nacidos y criados en cautiverio para el caso del pargo colorado del Pacífico L. peru, que incluso sirvieron de pie de cría para que la industria desarrollara un sistema de maduración de reproductores en cautiverio.

Discusión

Considerando las especies que se cultivan en B.C.S., antes mencionadas y tomando en cuenta a Avilés-Quevedo & Mazón-Suastegui (1996) y Lajonchere  et  al.  (2006), se iniciaron trabajos con L. peru, L. guttatus, L. argentivenris, L. aratus y cabrilla P. maculatofasciatus, antes con  pámpano  (T.  parientesis)  y  se  continua  los  esfuerzos con el pargo rojo del Pacífico (L. peru),   estimando   los   tiempos   y la inversión, que es grande, para estabilizar los protocolos de maduración (de 5 a 8 años) y demás procesos   (biológicos,  tecnológicos y económicos), como los larvarios, maternidades, preengorda, con su respectiva estandarización y homologación de procedimientos hasta cerrar el ciclo.

Las campañas que hace la industria están sujetas a una adecuada selección de especies  (Polanco  et al., 2000 y Lajonchere e Ibarra, 2013) para la conformación de paquetes biotecnológicos, donde los criterios biológicos, tecnológicos y económicos preseleccionados sean, cada uno, submodelos que generen juntos los modelos de producción con llave en mano.

Estos proyectos avanzan en la entidad, aun cuando no están totalmente integrando los actores que intervienen o deben intervenir en la cadena de valor de esta actividad. Dado que parte de la real importancia de la maricultura (piscicultura marina) de peces marinos  radica en bajar la presión sobre la pesca, haciendo uso de prácticas productivas en lugar de extractivas, se debe considerar: el uso de biotecnología para realizar criopreservación y vitrificación, entre otros, para conservar los recursos genéticos sobreexplotados con importancia comercial y ecológica; el bajo o nulo consumo de energía fósil (combustibles y electricidad),  sustituyendo  fuentes de energías tradicionales por  nuevas fuentes de energías renovables que coadyuven  a  la  sustentabilidad como puede ser el uso de la fuerza de las mareas, solar o eólica.

También, se deben considerar los análisis de costos para alcanzar la eficiencia de la producción, definir las funciones  de  producción  para los diferentes sistemas de cultivo, y los estudios medioambientales pertinentes, como las mareas y corrientes, entre otros.

Conclusiones

Debido a la expansión de la población en la entidad y  su vocación turística, la demanda de pescado y productos pesqueros aumentará. Su creciente demanda obliga a utilizar mejor los recursos actuales, lo cual podría dar lugar a que se reduzcan los desechos y se destine más pescado al consumo humano y menos  a  la  elaboración de alimento balanceado. La mayor demanda de pescado se satisfará, principalmente, incrementando la producción  del   sector   acuícola, con el consiguiente aumento de la demanda de alimento balanceado.

El cultivo de peces marinos está recibiendo cada vez mayor importancia, atención y debe promoverse y supervisarse para lograr un desarrollo de la bioeconomía respetuoso con el clima y el medioambiente. Se advierte una amplia área de oportunidad para Baja California Sur por las bondades geográficas con que cuenta, la calidad y las características del medioambiente, siendo un medio marino con especies de alto valor comercial en el ámbito de la escama, oportunidad que vale  la pena explorar y desarrollar con la piscicultura marina sustentable.

En resumen, en la entidad existen instituciones de investigación superior de excelente nivel que pueden ofrecer servicios de investigación, proveedores de servicios, y áreas de oportunidad para generar nuevas empresas que aporten servicios y generen fuentes de trabajo en una actividad que está produciendo e impactando de manera positiva en el sector alimentario de México. Sin embargo, el país no solo necesita paquetes biotecnológicos completos, también se requiere un mercado nacional sólido, casos de éxito, reducir los riesgos de la actividad, certidumbre jurídica con un marco legal saludable, porque las inversiones están dirigidas a proyectos rentables y las estrategias deben dirigirse a lo que es posible vender.

Agradecimientos

A la Dirección General de Investigación en Acuacultura del Instituto Mexicano de Investigación en Pesca y Acuacultura Sustentables (IMIPAS), a la M. en C. Sandra Medina Gómez del CRIPA La Paz- IMIPAS, a la Coordinación del Programa de Acuicultura del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR), al Comité Estatal de Sanidad Acuícola de B.C.S. y a la industria piscícola marina de México.

Las referencias y fuentes consultadas por el autor en la elaboración de este artículo están disponibles bajo petición previa a nuestra redacción.
Víctor Laurencez-Reyes, José A. Estrada-Godinez2, Marisela Aguilar-Juárez2, Ma. del Rosario Pacheco-Marges2, Deneb Maldonado-García3, Minerva C. Maldonado-García3, Juan C. Lapuente-Landero4
1.Posgrado en Ciencias en Recursos Acuáticos, Facultad de Ciencias del Mar, Universidad Autónoma de Sinaloa. Paseo Claussen s/n Col. Los Pinos, C.P. 82000, Mazatlán, Sinaloa, México. Responsable de la correspondencia: 19941277. laurencez@ms.uas.edu.mx
2.Facultad de Ciencias del Mar, Universidad Autónoma de Sinaloa, Paseo Claussen s/n Col. Los Pinos, C.P. 82000, Mazatlán, Sinaloa, México.
3.Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste A. C., Av. Instituto Politécnico Nacional 195, Playa Palo de Santa Rita Sur; C. P. 23096, La Paz, B.C.S. México.
4. Instituto Mexicano de Investigación en Pesca y Acuacultura Sustentables, Av. México 190, Col. del Carmen, Delegación Coyoacán, C. P. 04100, CDMX.

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