Por: Lilia Marín Martínez y Salvador González Paz*
El presente de México, refleja una serie de desafíos en su infraestructura de transporte terrestre, derivados en gran medida por el aumento de la demanda en productos de la canasta básica y el bajo porcentaje en producciones internas, tomando en cuenta las condiciones climáticas extremas, así como los efectos del cambio climático.
Cambios en tiempos de entrega en el transporte se han generado, en gran medida, por la alta demanda en la importación de productos y el déficit de unidades para poder transportarlas, llevando a un aumento de los tiempos de tránsito en las mercancías, los cuales han afectado negativamente la logística y el comercio interno del país.
Es necesario comenzar a generar planes de acción dirigidos a generar inversión en la actual infraestructura de transporte Federal del país, vías de comunicación y mecanismos alternos de transportes, así como la implementación de herramientas tecnológicas (software) para alcanzar una mejor inspección y control de las unidades, junto a una correcta planeación de los sistemas internos en comunicación.
Desarrollar mecanismos subalternos que logren identificar los factores externos que impactan de manera directa la logística de México. Hablamos de cambios climáticos, bajas producciones de materias primas sobre la canasta básica, altos flujos de mercancías por subsanar el déficit, inventarios de unidades por debajo de la demanda necesaria para poder cubrir los servicios proyectados de transporte.
Los costos adicionales se generan por el mecanismo de búsqueda de métodos alternativos para transportar los productos y lograr cubrir la cadena de suministros en tiempo y forma, la necesidad de transportes con menor tiempo de tránsito el cual representa un aumento en los costos, que se traslada de manera directa a los productos terminados.
El cambio climático ha exacerbado las dificultades en el sistema de transporte terrestre en México. Las sequías extremas y otras condiciones climáticas adversas han tenido importantes repercusiones, entre las cuales se cuentan:
Importación de Materias Primas y Oleaginosas:
Debido a las sequías extremas causadas por el cambio climático, México ha tenido que importar de dos a tres veces más cantidad de granos y oleaginosas para cubrir la demanda interna, convirtiéndose en un país no autosuficiente en estos productos.
Falta de Disponibilidad:
La escasa disponibilidad de estos productos y los tiempos fuera de contexto para obtenerlos han restringido su acceso, provocando problemas de abastecimiento y deterioro de la producción planificada, así como en su calidad, según los pronósticos de ventas y contratos preestablecidos.
Deterioro de Unidades Ferroviarias:
Las condiciones climáticas extremas han deteriorado las unidades ferroviarias, afectando los tiempos de entrega y la calidad del servicio de transporte, agravando los problemas logísticos en el país.
Las referencias y fuentes consultadas por el autor en la elaboración de este artículo están disponibles bajo petición previa a nuestra redacción.
* Lilia Marín Martínez es ingeniero Químico, egresada de la Universidad de Guadalajara, con especialidad en Nutrición, Producción de Alimentos para Mascotas y Acuicultura por la Universidad T&M.
Se ha desarrollado en jefaturas y gerencias de Calidad y Producción en Aceiteras y Empresas de Alimentos Balanceados.
Consultora internacional y nacional para empresas de plantas de rendimiento de subproductos de origen animal terrestre y marino y consultora en microscopía de alimentos, entre otros.
CEO de Proteínas Marinas y Agropecuarias S.A. de C.V. (PROTMAGRO), PROTMARIN S.A. de C.V. y de Marín Consultores Analíticos.
* Salvador González Paz es Coordinador de Logística en Proteínas Marinas y Agropecuarias.